La posible ausencia de Jacobo Fitz-James Stuart en la boda de su hermano Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan, prevista para el 4 de octubre en Sevilla, se ha convertido en un tema de especulación mediática, tras conocerse declaraciones recientes que evidencian el distanciamiento entre los hermanos.

Según informa Europa Press, Jacobo, conde de Siruela y reconocido editor, mantiene una relación compleja con Cayetano, marcada por diferencias en la gestión del legado familiar y ausencias en eventos clave.

Las divergencias entre ambos se remontan a la transformación de la Casa de Alba en una empresa gestionada por Cayetano, iniciativa que Jacobo criticó por priorizar intereses económicos sobre la conservación patrimonial. 

Este conflicto se agravó con disputas financieras, como el préstamo millonario solicitado por Cayetano para una finca, que generó rechazo en Eugenia y Alfonso, otros hermanos, por temor a implicaciones legales. 

La relación se tensó aún más tras la muerte de la duquesa de Alba en 2014, cuando Jacobo optó por un estilo de vida alejado de los focos en Vilaür (Girona), dedicado a proyectos ecológicos en sus propiedades.

En mayo de 2025, Jacobo y su esposa, Inka Martí, confirmaron no haber tenido contacto reciente con Cayetano: "No lo hemos visto". Aunque destacaron su buena relación con Eugenia, evitaron comprometerse con la asistencia al enlace, alegando desconocer detalles logísticos. Esta ambigüedad contrasta con la confirmación de Eugenia como madrina, tras reconciliarse con Cayetano en 2024.

La ceremonia, en la iglesia sevillana de los Gitanos —donde reposan las cenizas de Cayetana de Alba—, y el convite en el cortijo La Motilla, buscan honrar el legado familiar. Sin embargo, la ausencia de Jacobo reforzaría la narrativa de fractura entre los herederos, ya evidente en 2011 cuando faltó a la boda de su madre.

Mientras Cayetano ultima detalles con Bárbara, la incógnita sobre Jacobo persiste. Su asistencia dependería de gestos conciliatorios, pero, dada su trayectoria de discreción y desapego a protocolos, lo más probable es que su nombre brille por su ausencia, consolidando una brecha que trasciende lo personal para reflejar visiones antagónicas del legado Alba.