La vida de Gwyneth Paltrow (52 años) es ya casi que cultura popular. Hija adoptiva de Talavera de la Reina (Toledo) tras haber vivido allí una temporada cuando apenas tenía 15 años, la actriz de Shakespeare enamorado ha tenido una vida —y trayectoria— que da para una biografía. Y la primera completa sobre ella, Gwyneth: la biografía, publicada en librerías estadounidenses el pasado 29 de julio, promete (y otorga) lo indispensable en una buena biografía: sexo, lujo, traumas familiares y enfrentamientos laborales. Todo ello, bajo el ostentoso manto del mundillo de Hollywood.
Todo ello se lo debemos a Amy Odell, reconocida periodista y escritora que también le dedicó una polémica biografía a Anna Wintour. Odell se ha lanzado de lleno para conocer todos los entresijos de la vida de Paltrow... pero sin el beneplácito de la propia actriz. Porque Gwyneth: la biografía es, de hecho, una biografía no autorizada: la periodista texana asegura haber hecho "más de 220 entrevistas" a conocidos, trabajadores y extrabajadores de la actriz; pero no ha podido hablar ni con su familia ni con la propia Gwyneth Paltrow. Sin embargo, estas conversaciones han sido más que suficientes para construir un complejo retrato de la princesa del cine.
La princesita de Los Ángeles
Apenas una semana lleva el libro a la venta y ya aparece como número 1 en su categoría en Amazon. En sus casi 450 páginas, Odell explica cómo Paltrow lo tuvo "fácil" a la hora de acceder al mundo del cine: hija de actriz (Blythe Danner) y productor (Bruce Paltrow), ahijada de Steven Spielberg y favorita de Michael Douglas, quien no dudó en escribir unas palabras de recomendación a la Universidad de California para que Paltrow pudiera empezar unos estudios que, por cierto, nunca llegó a terminar.
Era una infancia privilegiada. La niña era educada, pero le chocaba no gozar del lujo. Así formó, poco a poco, esa actitud perfeccionista que todavía arrastra a día de hoy. Entró en los noventa en la cresta de la ola, aunque no era de extrañar: mantenía una relación con Brad Pitt. Ahora se dice que, tras este romance dorado, se encontraba una historia de celos: Pitt se sentía "amenazado" por el ascenso mediático de su novia mientras ambos protagonizaban Seven (David Fincher, 1995), acelerando la pedida de mano de una boda que nunca llegó a celebrarse.
De hecho, fue Paltrow la que dejó a Pitt. Según recoge la biografía, la actriz pensaba de su novio que este era "más tonto que un saco de mierda". "Ella pensaba que era más lista, mejor educada y más sofisticada que Pitt". Ella era una princesita de Santa Mónica; él un actorucho del medio Oeste americano.
Después, llegó Ben Affleck. La autora deja entrever que la relación entre ambos actores era "puramente sexual". "Era el lado obsceno de ella que, si bien sus amigos conocían bien, el público no veía", escribe Odell. Precisamente, el libro recuerda una vez que la pareja fue descubierta manteniendo relaciones sexuales en el camerino durante el rodaje de Shakespeare enamorado (John Madden, 1998).
La vida sexual de Gwyneth Paltrow
Esta faceta sexual no es del todo desconocida en Paltrow. La actriz se encuentra metida de lleno en el crecimiento de su empresa de bienestar Goop, lanzada en septiembre de 2008. Así, en su abanderamiento por el bienestar sexual, Paltrow ha lanzado productos como carísimos huevos vaginales hechos de jade o incluso una vela llamada This smells like my vagina (Esto huele como mi vagina).
Pero, volvamos a la actriz. Se separó de Affleck porque la química física no consiguió superar los "impulsos autodestructivos" del actor, quien se dice que podría incluso haberla engañado. Tras el fallecimiento de su padre en 2002, Paltrow entró en un episodio depresivo que le hizo "buscar respuestas" en tratamientos holísticos, que más tarde erigirían la doctrina de Goop. Fue por aquel entonces cuando conoció a Chris Martin, vocalista de Coldplay, con el que se casó, sin avisar a familia ni amigos, en diciembre de 2003, pero era una relación abocada al fracaso. "Paltrow se encontraba en una situación especial: estaba en su duelo [...]. La gente decía que no congeniaban, que no tenían la mejor química ni tampoco mucho en común. Sus amigas estaban sentando la cabeza y ella también quería eso, así que lo encontró con Chris", asegura Odell.
La pareja anunció una "separación consciente" que dio la vuelta al mundo. Tan consciente, dice Odell, que Paltrow se deshizo en cuanto pudo de la cama que compartían. "Tenía que sacar esa energía de la casa". Sobre su actual marido, Brad Falchuk, la periodista afirma que este "está encantado" de ser el esposo de Gwyneth Paltrow. Ella, mientras tanto, está centrada exclusivamente en Goop, que espera su hija herede cuando ella cuelgue el manto.
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