En España, la carrera hacia la judicatura está marcada por un camino aparentemente inalterable: todo aquel que quiera ser juez debe superar una exigente oposición que obliga a memorizar decenas de temas y aprobar una serie de pruebas complejas ante tribunales especializados. Sin embargo, el caso del juez Juan Carlos Peinado, que hoy es uno de los más mediáticos en España y se encuentra en el centro de la atención jurídica, no deja indiferente a nadie. Su llegada a la magistratura no se dio por la vía clásica de oposición, sino a un sistema paralelo contemplado por la ley.
La vía alternativa: el llamado "cuarto turno"
La clave para entender cómo Peinado alcanzó la toga de juez está en lo que se conoce como el "cuarto turno" o "turno de juristas de reconocida competencia". La Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) prevé esta opción desde hace décadas como un mecanismo para introducir en la justicia a profesionales con experiencia acreditada en la abogacía (más de 10 años), la universidad o el ejercicio de otras tareas jurídicas de relevancia.
Mientras que la mayoría de jueces y magistrados españoles acceden tras aprobar la tradicional oposición (una de las más duras del país, con una preparación que suele llevar años de estudio), una parte accede directamente desde la práctica profesional. Según la normativa vigente, hasta un 25% de las plazas de magistrado en órganos superiores pueden ser cubiertas mediante esta vía.
Para postular, los candidatos deben acreditar una larga trayectoria jurídica, normalmente en la abogacía o en la docencia universitaria, y superar un concurso de méritos y entrevistas evaluado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). No se exige, por tanto, el examen de la oposición, sino que puede considerarse un reconocimiento formal a la carrera profesional previa.
¿En qué se diferencia de la oposición clásica?
Esta vía es muy diferente a la oposición clásica a judicatura, la cual implica:
- Memorizar más de 300 temas de derecho.
- Superar exámenes orales y escritos muy rigurosos.
- Pasar después por la Escuela Judicial en Barcelona, donde los alumnos se forman durante dos años antes de comenzar a ejercer como jueces.
El cuarto turno, en cambio, exige méritos documentados y experiencia en el ejercicio de la profesión. Una vez admitidos, los candidatos realizan un curso de formación adaptado, mucho más breve que la formación tradicional de la Escuela Judicial. De ese modo, profesionales con décadas de experiencia pueden integrarse en la carrera sin repetir el proceso académico.
Esta diferencia provoca recelos. Quienes han pasado años de estudio perciben la vía alternativa como un atajo. Mientras, sus defensores argumentan que amplía la diversidad de perfiles y fortalece al sistema judicial con conocimientos prácticos adquiridos en el ejercicio real del derecho.
La trayectoria de Peinado
El juez Juan Carlos Peinado encajó en este modelo. Con amplia experiencia profesional, fue propuesto en su momento bajo el paraguas de "jurista de reconocida competencia". Esa condición le permitió integrarse en la judicatura sin la oposición clásica que afronta la mayoría de sus compañeros.
A partir de ahí, ha desarrollado su carrera en distintos órganos judiciales, con perfiles de asuntos relevantes en materia penal y mediática. Su nombre aparece ahora en las portadas de los periódicos por sus decisiones en el caso de Begoña Gómez, la mujer del presidente del gobierno Pedro Sánchez.
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