Lily Allen ha vuelto con un nuevo disco, West End Girl, publicado el 24 de octubre de 2025. Este es su quinto álbum de estudio. Además, es el primero en ocho años. La cantante británica combina en este trabajo su estilo pop característico con letras muy personales. Estas están inspiradas en su reciente separación del actor David Harbour, conocido por su papel de Jim Hopper en Stranger Things.

El regreso de una artista sin miedo

Lily Allen, que llevaba años centrada en el teatro y la escritura, vuelve al estudio con un nuevo sonido. En lugar del sarcasmo juvenil que la caracterizó en Alright, o Still (2006), West End Girl tiene letras más maduras y reveladoras. La artista ha explicado que escribió el álbum en Londres, durante una etapa de aislamiento personal: "fue una forma de procesar lo que estaba pasando en mi vida", dijo en una entrevista.

El disco no intenta disimular sus referencias biográficas, pero evita caer en el morbo. A través de nueve canciones, Allen retrata la confusión de una relación que se derrumba y la dificultad de distinguir entre amor y dependencia emocional.

La ruptura que le inspiró

Lily Allen y David Harbour anunciaron su separación en febrero de 2025, tras cuatro años de matrimonio. La ruptura se produjo después de que Allen descubriera que Harbour había reactivado su perfil en la aplicación de citas para famosos Raya, donde ambos se conocieron en 2019. Para confirmar sus sospechas, Allen creó un perfil falso en la aplicación y verificó que su esposo seguía activo en ella.

Además, Harbour había afirmado en su perfil estar en Nueva York de paso y viviendo en Atlanta, a pesar de que la familia se había establecido en Brooklyn desde 2020.

En su podcast Miss Me, Allen reveló que Harbour le había pedido prácticas sexuales que ella consideraba inapropiadas, a las que se negó. También mencionó que utilizaba ChatGPT para redactar mensajes durante sus discusiones de pareja, lo que indica una falta de comunicación directa entre ellos.

Amor, celos y contradicciones

En West End Girl, la canción que da título al disco abre el álbum con un sonido nostálgico que recuerda a sus primeros años en el pop británico, pero sus versos revelan un secreto. Habla de mudanzas, promesas rotas y una versión de sí misma que "cruzó el Atlántico por amor y volvió por orgullo".

A partir de ahí, el disco avanza como un viaje. En Sleepwalking, la artista admite haberse dejado llevar por una rutina emocional sin rumbo. En Ruminating, confiesa que "el silencio era peor que la mentira". Pero el golpe más directo llega con Pussy Palace, una de las canciones más comentadas del álbum.

Pussy Palace : el desengaño

Pussy Palace no es solo una canción, es una explosión. En ella, Allen utiliza la ironía como arma para exponer las grietas de su matrimonio. Entre sintetizadores sensuales y un ritmo casi festivo, canta sobre secretos compartidos y promesas incumplidas: "Sex toys, butt plugs, lube inside / Hundreds of Trojans, you’re so f***ing broken".

Muchos críticos han interpretado este tema como un retrato directo de David Harbour y las tensiones de su relación abierta, que según la cantante "nunca fue abierta, solo confusa". Lo interesante es que la cantante evita el papel de víctima. Pussy Palace no es una venganza, es una forma de contarle al mundo como lo ha vivido.

Madeline, el nombre que duele pronunciar

Si Pussy Palace es la furia, Madeline es la herida. La quinta canción del disco se ha convertido en el centro de las especulaciones. La letra describe a una mujer misteriosa, amable y calculadora, que "aparece cuando las luces se apagan". Allen no ha confirmado si "Madeline" es una persona real, pero se habla de que podría ser su propia historia. El estribillo de la canción "Madeline, te ganaste un corazón que ya estaba roto", resume todo el espíritu del álbum.

Lily Allen: "Este disco es mi forma de recuperar mi lugar"

West End Girl no es solo un disco sobre una ruptura, sino sobre cómo Lily Allen procesa sus emociones y recupera su vida después de una relación complicada. "Durante mucho tiempo me sentí una invitada en mi propio matrimonio", declaró recientemente. "Este disco es mi forma de recuperar mi lugar".

Y lo ha hecho. Con este álbum, la cantante demuestra que sigue siendo una de las voces más honestas y personales del pop británico, capaz de transformar experiencias difíciles en música que conecta con quienes la escuchan.