El mundo del cine está de luto por la muerte de Björn Andrésen, el icónico actor y músico sueco, cuya figura quedó inmortalizada como la personificación de la belleza clásica. Conocido por el papel de Tadzio en la aclamada película de Luchino Visconti, Muerte en Venecia.
El artista murió el pasado 25 de octubre a los 70 años en su país de origen, la noticia fue comunicada públicamente por su hija a través de un obituario el 27 de octubre. Si bien se confirmó la pérdida, la causa del fallecimiento no ha sido revelada. Además, la muerte de Andrésen fue corroborada por Kristian Petri y Kristina Lindström, directores de El chico más bello del mundo (The Most Beautiful Boy in the World), el documental que exploró su vida bajo el peso de la fama prematura.
El origen de una etiqueta maldita
Nacido en Estocolmo en 1955, la niñez de Andrésen estuvo marcada por la tragedia: su padre desapareció en un accidente y su madre se suicidó antes de que él cumpliera los diez años. Criado por su abuela, fue ella quien lo incentivó a adentrarse en el mundo del modelaje y la actuación.
Tras su debut en la cinta Una historia sueca de amor (1970), su vida dio un giro radical a los 15 años. Visconti lo eligió para dar vida a Tadzio en la adaptación de la novela de Thomas Mann. Este rol lo catapultó al estrellato, pero también a una fama invasiva.
En el Festival de Cannes de 1971, los medios le impusieron el apodo de "el chico más guapo del mundo", un título que se convirtió en una carga vitalicia. Años más tarde, Andrésen lamentó la forma en que fue explotada su imagen.
Huida a Japón y nuevas tragedias
Abrumado por la etiqueta y la atención mediática, Andrésen se distanció de la escena cinematográfica europea. Buscó refugio y nuevas vías artísticas en Japón, donde desarrolló una breve carrera como cantante pop, compositor y actor en roles menores. A pesar de su alejamiento, mantuvo una filmografía irregular pero prolífica en Suecia, participando en más de treinta producciones de cine y televisión. Uno de sus últimos papeles notables fue en la película de culto Midsommar (2019), dirigida por Ari Aster.
La adversidad también lo persiguió en su vida adulta. Casado con la poeta Susanna Roman, la pareja sufrió la pérdida de su hijo Elvin, quien murió a los nueve meses a causa del síndrome de muerte súbita del lactante. Este trauma desató una profunda depresión y una lucha contra el alcoholismo, demonios que él expuso con valentía en el documental de 2021 que retrata su vida.
Finalmente, El chico más bello del mundo, fue nominado al Gran Premio del Jurado en Sundance y le ofreció la oportunidad de un cierre y una reconciliación con la imagen fantasmal de su juventud. Su legado artístico perdurará, indisolublemente ligado a la belleza inalcanzable de Tadzio
Un símbolo marcado por la belleza
Björn Andrésen deja un legado cinematográfico breve, pero imborrable. Su interpretación de Tadzio, símbolo de juventud y perfección en el cine europeo, definió una época, aunque a costa de su propia tranquilidad.
"Siempre quise que me recordaran por algo más que por mi rostro", declaró alguna vez. Sin embargo, su historia se convirtió en una advertencia sobre los peligros de la fama y la explotación de la inocencia en la industria del cine.
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