Tres días después de ser hallados muertos en su casa de Brentwood y pocas horas después de que su hijo Nick haya sido procesado por doble asesinato, comienzan a conocerse los detalles de las últimas horas de Rob Reiner y Michele Singer Reiner, figuras destacadas de Hollywood y del activismo demócrata estadounidense durante décadas.

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Según ha reconstruido The Wall Street Journal con testimonios en primera persona, la última aparición pública del matrimonio tuvo lugar la noche del sábado, en una fiesta navideña celebrada en la casa del presentador Conan O’Brien, a la que acudieron acompañados de su hijo menor. Ese domingo por la noche tenían prevista una cena con Barack y Michelle Obama, además de otros compromisos sociales ya fijados.

Durante la fiesta, Nick Reiner llamó la atención de varios invitados. Interrumpió al actor Bill Hader con preguntas desubicadas –“¿Cómo te llamas?”, “¿Eres famoso?”– y repitió ese comportamiento con otros asistentes. Según han relatado personas presentes tanto a The Wall Street Journal como al New York Times, su actitud resultó lo bastante inquietante. Lo suficiente para que se le pidiera que abandonara la reunión. Algunos testigos hablan de una reprimenda directa de su padre; otros niegan que hubiera una discusión grave y consideraron exagerada la lectura del episodio como un prolegómeno del crimen. En cualquier caso, fue la última vez que amigos y conocidos vieron con vida al matrimonio.

La llamada del masajista

El domingo por la tarde, un masajista acudió al domicilio de los Reiner para una cita programada. Al no obtener respuesta en la entrada, llamó a Romy Reiner, hija del matrimonio, que vive enfrente. Romy llegó acompañada de una amiga que vive con ella y entró en la casa. Fue cuando encontró el cuerpo de su padre. Salió en estado de shock; su acompañante llamó al 911. Michele Singer Reiner fue hallada muerta poco después, aunque Romy no llegó a ver su cuerpo, según el relato ofrecido por una persona cercana a la familia al New York Times.

Los investigadores no encontraron a Nick Reiner en la propiedad, donde residía en una casa de invitados. Fue detenido horas más tarde, alrededor de las 21:30, a unos quince kilómetros de allí por agentes de la policía de Los Ángeles. La fiscalía ha señalado que las muertes se produjeron tras un ataque con arma blanca, aunque aún no se ha comunicado si ocurrieron la noche del sábado o durante el domingo.

Nick Reiner, de 32 años, ha sido acusado de dos cargos de asesinato en primer grado. Su abogado ha declinado hacer comentarios sobre las acusaciones. La fiscalía de Los Ángeles ha subrayado la dificultad de los casos que implican violencia dentro del ámbito familiar y ha evitado ofrecer más detalles sobre la investigación en curso.

"Lo intentaron todo"

Para quienes conocían al matrimonio, el desenlace resulta inseparable de una historia larga y fallida de intentos por ayudar a su hijo a salir de la adicción. Durante más de dos décadas, Rob y Michele Reiner respaldaron a Nick en múltiples ingresos en centros de rehabilitación y hablaron públicamente del problema. En 2016, padre e hijo llevaron esa experiencia al cine con Being Charlie, una película inspirada en las dificultades del joven con las drogas y la salud mental. “Intentaron todo y estaban realmente perdidos sobre qué más hacer”, explicó Alan Horn, socio histórico de Reiner en Castle Rock Entertainment, en declaraciones recogidas por The Wall Street Journal.

Personas cercanas a la familia, citadas por el New York Times, han asegurado que en las semanas previas no había señales de que Nick pudiera ejercer una violencia extrema hacia sus seres queridos. Su comportamiento errático era conocido dentro del entorno familiar, pero, según esas mismas fuentes, no se interpretó como una amenaza. El episodio de la fiesta del sábado, sostienen algunos de estos portavoces anónimos, no supuso una ruptura ni un enfrentamiento decisivo, aunque algunos asistentes lo vivieron con inquietud.

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