La Madre Patria será la Madre Ucrania en breve. La estatua más emblemática de Kiev, de 62 metros de altura, está en proceso de desovietización. Ya no tiene grabada la hoz y el martillo, símbolo de la URSS, en su escudo, sino un tryzub o tridente ucraniano. Los trabajos ya están muy avanzados pero la puesta de largo del monumento tendrá lugar el 24 de agosto, cuando Ucrania celebra el Día de la Independencia.

"Creemos que este cambio será el principio de una nueva era del renacimiento de nuestra cultura y nuestra identidad, el final de los símbolos y narrativas soviéticos y rusos", señala el Ministerio ucraniano de Cultura en un comunicado.

El monumento, de acero, se erigió en una colina en 1981 como parte de un memorial que conmemora la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial. De ahí que en la mano izquierda la mujer victoriosa llevara un escudo con la hoz y el martillo, y en la derecha una espada. La estatua mira hacia Moscú. El tryzub, que se incorporó al escudo de Ucrania en 1991, cuando se independizó de la URSS, dicen que representa la Santísima Trinidad, aunque otros ven un halcón en posición de caza.

La mayor parte de los símbolos soviéticos, o relativos al Partido Comunista, se eliminaron en Ucrania en 2015, un año después de l anexión ilegítima de Crimea y del inicio de la guerra en el Donbás. De hecho, en el Maidán, en 2014, muchas estatuas de Lenin fueron derribadas. Sin embargo, este monumento a la Madre Patria se dejó tal cual por estar relacionado con la Segunda Guerra Mundial.

Un elevado coste en tiempo de guerra

A finales de mayo, el Parlamento ucraniano votó a favor de suprimir todos los símbolos restantes del pasado soviético y del imperio ruso. A mediados de julio, la Inspección Estatal de Arquitectura y Planificación Urbanística facilitó el permiso para quitar la hoz y el martillo del monumento de la Madre Patria.

El entonces ministro de Cultura Oleksander Tkachenko aseguró que el coste de esta operación, estimado en unos 700.000 euros, sería sufragado por empresas privadas. En concreto Metinvest Group, propiedad de Rinat Ajmetov, el hombre más rico de Ucrania, propietario del equipo de fútbol Shakhtar Donetsk, se ha hecho cargo del tridente, según informa Politico.

Según una encuesta difundida por el Ministerio ucraniano de Cultura, que ha avalado el proyecto, un 85% de la población quería que se retiraran la hoz y el martillo del monumento.

Sin embargo, hay voces discrepantes. Son muchos los que reprochaban al Ministerio este gasto cuando se podría empler en drones o en material necesario en el campo de batalla. De hecho, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, difundió un video el pasado 20 de julio en el que decía que las prioridades ahora pasan por prestar atención a lo que necesita la defensa del país. Tachenko acabó dimitiendo, aunque se defendió en un comunicado.

"Algunos dicen que no es el momento para gastar dinero en cultura por la guerra. Pero, ¿por qué estamos luchado. ¿No estamos luchando por nuestra cultura, nuestra identidad, nuestra lengua, y nuestra historia. La cultura en la guerra es tan importante como los drones", dijo en un comunicado, poco antes de que el Parlamento aprobara su renuncia.

'Limpia' total de símbolos soviéticos

La invasión rusa de Ucrania, que ordenó el líder ruso, Vladimir Putin, el 24 de febrero de 2022, ha reafirmado el sentimiento nacionalista ucraniano, todo lo contrario de su propósito, y ha llevado a que aumente el rechazo a los símbolos relacionados con la URSS o con Rusia.

El pasado soviético es sinónimo del imperialismo, un imperialismo que ha llevado a Putin a invadir a su país vecino, que solo concibe ligado a la Federación Rusa. En un comunicado sobre este cambio, en la web del museo se describe la hoz y el martillo como el símbolo de un régimen totalitario que "destruyó millones de vidas humanas... estamos desprendiéndonos de las marcas de nuestra pertenencia al espacio post soviético. No somos post nada, somos una Ucrania libre, independiente y soberana".

También se prevé cambiar el nombre por el de Madre Ucrania, lo que ha enfurecido a los dirigentes del Kremlin. La portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, María Zajarova, ha sido contundente. "Esto es a lo que se dedica el régimen de Kiev y sus ciborgs. No se puede renombrar a la Madre. Solo se la puede amar. Y ellos no saben cómo hacerlo", dijo Zajarova.

Kiev, una ciudad donde proliferan las banderas gualdiazules, ha renombrado varios monumentos y calles en esta campaña para borrar el pasado soviético o ruso. El Puente de Moscú, una estructura de más de 800 metros sobre el Dniéper, se llama ahora Puente del Norte. La plaza de Andrei Ivanov rinde ahora homenaje a la vecina Letonia y la calle Ivan Kudrya cambió en 2019 el nombre por el de John McCain, en recuerdo del senador estadounidense, que siempre fue leal a la causa del pueblo ucraniano.

La cuestión es que Kudrya fue un héroe soviético que destacó en la resistencia ucraniana al nazismo y sus colaboradores en Ucrania: provocó la muerte de soldados alemanes al atentar contra un teatro, hizo que descarrilaran trenes y no paró hasta que le atrapó la Gestapo y lo mató. Para justificar que su nombre se suprimiera se enfatizó su lucha contra los nacionalistas ucranianos.