El alcalde de Bucarest, Nicușor Dan, será el rival de George Simion en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales rumanas, prevista para el 18 de mayo. Matemático de formación, independiente en lo político y de talante reservado, Dan representa la apuesta de las fuerzas proeuropeas para frenar la llegada al poder del líder nacionalpopulista.

Con 55 años, Dan es doctor en Matemáticas por la Escuela Normal Superior de París y trabajó durante años en el Instituto de Matemáticas de Bucarest tras su regreso al país en los años 90. Oriundo de la región central de Rumanía, dio el salto a la política en 2012 como candidato a la alcaldía de la capital. En 2015 fundó la Unión Salvar Bucarest, germen del partido Unión Salvar Rumanía (USR), con el que accedió al Parlamento un año después.

Su trayectoria política ha estado marcada por una voluntad de independencia y cierta distancia respecto a las estructuras partidistas. En 2017 abandonó la USR por discrepancias en torno al concepto de familia tradicional. Desde entonces ha competido como independiente, aunque ha contado con apoyos puntuales de formaciones como el USR o el Partido Nacional Liberal (PNL), con los que logró la alcaldía de Bucarest en 2020. En 2024 revalidó el cargo, también como independiente.

Independiente y austero

Dan es conocido por su estilo austero y poco dado a la exposición mediática. Su comunicación escasa con la prensa y las fricciones con otros alcaldes de distrito, en particular socialdemócratas, le han valido críticas, aunque también ha consolidado una base de apoyo entre las clases medias y urbanas por su oposición a los excesos urbanísticos y su enfrentamiento con las grandes promotoras inmobiliarias, a las que se refiere como “tiburones”.

Nicusor Dan, en la imagen durante un debate electoral televisado el pasado 29 de abril, representa la continuidad de una Rumanía orientada hacia la UE y la OTAN. | Robert Ghement / EPA / EFE

Proeuropeo y crítico con Rusia, ha defendido el fortalecimiento del Ejército rumano y la reforma de los servicios de inteligencia, a los que responsabiliza de no haber evitado la injerencia extranjera que llevó a la anulación de las elecciones presidenciales de 2024. En lo personal, mantiene un estilo de vida austero: conduce un coche viejo, carece de propiedades inmobiliarias y ha declarado deudas bancarias significativas. Sus ingresos proceden casi exclusivamente de su salario como alcalde, y sus campañas han sido financiadas con donaciones privadas y fondos públicos.

Casado y padre de dos hijos, Dan se declara cristiano ortodoxo, aunque crítico con el uso político de la religión. Sobre cuestiones sociales, ha defendido el derecho de las mujeres a decidir sobre el aborto, si bien ha matizado su postura en función de la edad gestacional.

En una campaña marcada por el giro nacionalista y euroescéptico que encarna George Simion, Dan representa la continuidad de una Rumanía orientada hacia la UE y la OTAN. Su reto en la segunda vuelta será movilizar a un electorado dividido y superar las diferencias entre las distintas corrientes proeuropeas para frenar el avance del populismo.