Es uno de los mayores conocedores de Francisco, alguien muy ligado al argentino y lo que ha significado su pontificado. Austen Ivereigh, presentado a menudo como “el biógrafo del Papa”, es un periodista especializado en la iglesia católica de América Latina. Y estos días el comentarista estrella de la BBC en los directos desde la Ciudad del Vaticano.
Doctorado en St Antony's College de Oxford, centró su tesis en la iglesia argentina, circunstancia que le llevó a entablar una amistad con Jorge Bergoglio que duró hasta su muerte. Autor de “The Great Reformer: Francis and the Making of a Radical Pope”, Ivereigh atiende a El Independiente en la Plaza de San Pedro. Su testimonio es clave para desentrañar si el nuevo Papa seguirá los pasos de Francisco y sus reformas.
Pregunta.- ¿Cuál es la sombra del Papa Francisco en este cónclave?
Respuesta.- Lo que estamos viendo es el cónclave que anticipaba el Papa Francisco cuando nombró a muchos cardenales de 80 países, porque lo que él quería era un discernimiento auténtico que forme parte de la realidad del mundo. Ha sido muy importante que las realidades del mundo estén presentes en donde se están reuniendo para que después empiecen a preguntarse qué tipo de Papa necesitamos para este mundo ahora y esta Iglesia ahora.
Es una crítica que se ha hecho a Francisco, que me parece justa: no dio mucha oportunidad para que los cardenales se reuniesen, así que no se conocen
Ahora, su dificultad es precisamente que hay 133 cardenales y que no se conocen muy bien. Es una crítica que se ha hecho a Francisco, que me parece justa: no dio mucha oportunidad para que los cardenales se reuniesen, así que no se conocen. Han tenido alguna dificultad en achicar la lista, pero yo tengo toda la confianza de que la mayoría de ellos sabe ahora por quién van a votar. En la primera votación se ha visto dónde está el número suficiente, con más de 20 o 25 votos. Eso muestra a otros cardenales que son tres o cuatro candidatos y estará muy enfocado. Los dos últimos cónclaves han sido siempre muy rápidos por esa razón: el trabajo real es lo que se ha hecho en los 10 días anteriores al cónclave.
P.- ¿Será un Papa continuista?
R.- El próximo papá seguirá la línea de Francisco en líneas básicas, pero será diferente. La ruta que nos marcó Francisco es la única viable para el mundo en este momento. Una iglesia que evangeliza no desde una posición de prestigio y de poder, sino que evangeliza desde abajo por la forma de ser. Lo brillante de Francisco es que nos enseñó cómo cómo es, cómo podemos ser cristianos. Dios nos ha amado, esto nos ha cambiado y es nuestra forma de ser, nuestro testimonio que evangeliza. No evangelizamos moralizando, sino moralizamos evangelizando.
Ocho de cada 10 cardenales electores han sido elegidos por Francisco. Esto no significa que piensen como él, porque los cardenales son personas excepcionales que tienen sus propias visiones sobre las cosas y el Papa Francisco nunca temía esa diversidad.
P.- ¿Cuál es el perfil del nuevo Papa?
R.- El próximo papa, quien sea que fuera, será universal en el sentido de que tiene raíces en su iglesia local, pero tiene una experiencia de la Iglesia Universal y esto va a ser muy importante.
Hay un sector de oposición, no más de 10 o 15%, a Francisco. Siempre lo fue. Han hablado muy agresivamente y los otros no los han tomado en cuenta
P.- ¿Existe un choque entre cardenales conservadores y reformistas?
R.- La dificultad con estas etiquetas es que normalmente se aplicaban a cuestiones de doctrina. Yo no veo a los cardenales divididos en torno a cuestiones doctrinarias. Para mí la división o la diferencia, la tensión, si quieres, dentro de la de las congregaciones generales es sobre el legado de Francisco, que ha sido, para usar el nombre de mi primer libro sobre él, un gran reformador. O sea, lo que hemos visto estos últimos 12 años ha sido realmente una reforma sustancial que para la mayoría de los cardenales, está muy claro, muestra cómo la Iglesia Católica tiene que evangelizar el mundo de hoy. La cuestión para algunos es si es necesario ahora tomar aliento porque ha sido desafiante para muchos. Otros dirán: "No. Este es el camino y no se puede parar el curso de la reforma”. Entonces ahí veo algunas diferencias.
Hay un sector de oposición, no más de 10 o 15%, a Francisco. Siempre lo fue. Ellos han hablado mucho agresivamente y creo que los otros no los han tomado en cuenta. Para mí el jugo está en el énfasis que ahora se pone en cuántos y qué cambios son necesarios ahora, porque ningún Papa puede hacer de todo. Y una de las cosas que los cardenales hacen es un balance del pontificado. Normalmente los papas dejan, han hecho cosas buenas, pero dejan puentes para luego construir cosas que no han hecho, que debían haber hecho. Yo creo que son las finanzas del Vaticano; quieren más colegialidad y digamos un papel más grande para los cardenales en el gobierno universal de la iglesia. Serán en el inbox del nuevo Papa.
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