Horas antes de que el plomo estadounidense cayera sobre tres instalaciones nucleares, el ex comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria, el general Mohsen Rezaei, lanzó una advertencia en la televisión estatal iraní: si Trump deshojaba la margarita y optaba por declarar la guerra, Irán atacaría bases militares estadounidenses, detonaría minas navales en el golfo Pérsico y procedería a cerrar el estrecho de Ormuz.
Rezaei, miembro del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, señaló un camino que la república de los Ayatolás podría enfilar ahora para responder a la arremetida de Trump. La intervención directa de Washington en la agresión israelí a Irán pone en el blanco el despliegue militar estadounidense en Oriente Próximo. Es el objetivo más factible de sufrir las represalias iraníes.
Este domingo la Guardia Revolucionaria Iraní ha declarado que “la proliferación de bases estadounidenses en la región no es un punto de fortaleza, sino que aumenta la probabilidad de exposición al peligro”. “Estados Unidos se ha colocado en la primera línea de la agresión al atacar nuestras instalaciones nucleares pacíficas. Hemos identificado los lugares de despegue de las aeronaves implicadas en el ataque a las instalaciones del país y los hemos puesto bajo vigilancia”, ha deslizado.
Estados Unidos se ha colocado en la primera línea de la agresión al atacar nuestras instalaciones nucleares pacíficas, denuncia la Guardia Revolucionaria
Estados Unidos tiene una presencia notable en Oriente Próximo, con fuerzas desplegadas en más de una docena de países y con buques operativos en los principales puntos calientes de la región. Según estimaciones oficiales, hay unos cuarenta mil miembros del servicio militar estadounidense apostados en la región, en bases y buques de guerra. Todos ellos están ahora en máxima alerta ante un ataque que dan por seguro.
Más de 40.000 miembros de personal militar estadounidense
En total, Estados Unidos posee instalaciones militares en al menos diecinueve emplazamientos -ocho de ellos de modo permanente- en Arabia Saudí, Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Israel, Jordania, Kuwait, Qatar y Siria. El ejército estadounidense también opera desde grandes bases en Yibuti y Turquía, que reportan al mando regional.
Qatar alberga el cuartel general regional del Mando Central de Estados Unidos, la base de Al Udeid que Trump visitó en mayo durante su gira regional, la primera visita internacional de su segundo mandato. Bahréin es el país con más personal estadounidense destinado permanentemente y alberga la Quinta Flota de la Marina estadounidense. En total, hay unos 10.000 soldados estadounidenses en Qatar; 13.500 en cinco bases en Kuwait; 9.000 militares y civiles en Baréin; y cientos de soldados en bases gestionadas por Jordania, Siria y el sultanato de Omán.
La presencia se ha reforzado a lo largo de este año, en plena escalada entre Irán e Israel, dos enemigos históricos que han pasado de la guerra en la sombra a la confrontación abierta. El ejército iraní cuenta con bases de misiles desde las que puede golpear fácilmente las bases estadounidenses en Bahrein, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, todas ellas al alcance de su radar.
Desde el 7 de octubre de 2023, los ataques de Hamás que marcan el inicio de la operación militar israelí en la Franja de Gaza, los buques estadounidenses han efectuado labores de protección de la navegación comercial en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, ante los ataques diarios del grupo chií yemení de los hutíes. También han funcionado para neutralizar los misiles y drones enviados desde Irán para golpear Israel. El pasado octubre Washington anunció el envío de tres escuadrones de aviones adicionales a la región.
Despliegue en previsión de ataques
En previsión de las represalias iraníes, el Pentágono ha retirado desde hace días activos de las bases que consideran más susceptibles de ser atacadas así como personal de países como Irak. Uno de los destacamentos que podría con mayor probabilidad sufrir la ira iraní es la base aérea iraquí de al Asad, donde se hallan alrededor de 2500 militares estadounidenses. Teherán evitaría así abrir fuego directamente con suelo qatarí y emiratí.
Para proteger a su personal en Oriente Próximo, Washington ha enviado aviones de combate adicionales F-22, F-16 y F-35 a bases en Europa además de fortalecer sus defensas aéreas en los últimos días.
Asimismo, el portaaviones Carl Vinson, con 60 aviones a bordo, incluidos aviones de combate F-35, se halla en el mar Arábigo. Un segundo portaaviones, el Nimitz, canceló esta semana una escala en Vietnam para dirigirse a la región, y se prevé que llegue en los próximos días, según informaron funcionarios estadounidenses.
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