El Kremlin ha descartado por ahora una posible cumbre entre Vladímir Putin y Donald Trump, aunque reconoce que un encuentro entre ambos líderes podría ser "necesario" en el futuro. El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, ha insistido este domingo en que no se dan aún las condiciones para una reunión, al tiempo que ha reiterado que los objetivos de Rusia en Ucrania "no han cambiado".

"Este es un proceso largo, requiere esfuerzo y no es fácil", señaló Peskov en una entrevista en la televisión pública rusa, en la que subrayó que Moscú está dispuesto a buscar una solución pacífica, pero sin renunciar a sus metas estratégicas. "Nuestros objetivos son comprensibles, evidentes y constantes", añadió, en alusión al control total de las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, anexionadas por Rusia en septiembre de 2022.

Las declaraciones del Kremlin llegan pocos días después de que Trump lanzara un ultimátum a Moscú durante su reunión en la Casa Blanca con el nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte. El presidente estadounidense advirtió de que impondría "aranceles muy severos" si Rusia no acepta un acuerdo de paz con Ucrania en un plazo de 50 días, al tiempo que anunció nuevos suministros de armamento a Kiev, incluidos sistemas antimisiles Patriot. Según fuentes de la Casa Blanca citadas por CNN, la amenaza incluiría un arancel del 100% a las importaciones rusas y sanciones secundarias dirigidas a países como China o India por la compra de petróleo ruso.

Comprensión mutua

Preguntado por esta advertencia, Peskov evitó una respuesta directa y se limitó a señalar que el Kremlin "sigue analizando estas declaraciones". No obstante, reconoció que la posibilidad de un encuentro con Trump podría ser útil en el futuro, aunque advirtió que "queda un ingente trabajo por delante" antes de que se den las condiciones necesarias. "Ese momento aún no ha llegado", afirmó.

Sobre la última conversación telefónica entre Putin y Trump, mantenida a principios de junio, Peskov describió el tono como "pragmático y profesional", destacando que ambos dirigentes "se mantienen firmes en sus posiciones, pero están dispuestos a escucharse mutuamente".

Pese al endurecimiento del lenguaje de la Casa Blanca, el Kremlin percibe un cambio gradual en la actitud de Washington. "La dirección estadounidense comprende cada vez más que se trata de un proceso complejo", aseguró Peskov, quien insistió en que una solución pacífica es posible, aunque no depende solo de Rusia. Por el momento, Putin no ha comentado públicamente las declaraciones de Trump. Según su portavoz, lo hará "si lo considera necesario".