Donald Trump ha salido a recibir a Volodimir Zelenski, quien ha llegado este lunes con retraso de más de diez minutos a la Casa Blanca. El tono entre ambos en sus primeras palabras en el Despacho Oval ha sido cordial, relajado, incluso con toques de humor. Nada que ver con la humillación sufrida por Zelenski en febrero pasado. Trump ha asegurado ante Zelenski que Estados Unidos se implicará en la seguridad de Ucrania, en caso de que haya un acuerdo de paz con Rusia. El presidente de Estados Unidos también ha insistido en que trabaja para que haya cuanto antes una reunión en la que participen ellos dos y Putin, al que va a llamar al término de los encuentros con Zelenski y los líderes europeos.

Zelenski ha viajado a Washington arropado por los principales líderes europeos, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. El objetivo fundamental es concretar cuestiones tratadas en la cita de Alaska como las garantías de seguridad que recibiría Ucrania una vez que paren los combates. Han trasladado un mensaje único a Trump: nada sobre Ucrania sin Ucrania. Contradice esa visión del mundo de Putin en la que dos superpotencias se reparten zonas de influencia sin rendir cuentas a nadie más.

En el grupo europeo están el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente francés, Emmanuel Macron, como los impulsores de la coalición de voluntarios; el canciller alemán, Friedrich Merz, quien organizó la conversación con Trump previa a la cita con Putin; el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, quien goza de gran cercanía personal con el estadounidense; y Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, a quien también respeta mucho Trump.

En la noche previa al encuentro en Washington Rusia ha reducido a escombros un edificio de cinco plantas en Járkov, según ha informado el gobernador Oleg Synegubov en Telegram. Siete civiles, incluidos dos niños, han muerto en este ataque. Once personas han resultado heridas por un misil balístico en esta ciudad fronteriza con Rusia. En la región de Zaporiya, otras tres personas han perdido la vida en los bombardeos rusos. En Donetsk, las víctimas mortales han sido cuatro. En total, al menos 14 muertos por los ataques rusos. Siguen sonando las alertas en toda Ucrania.

Es la clara demostración de cómo Putin está muy lejos de querer parar la guerra. También ilustra por qué no quiere oír hablar de un alto el fuego. "Solo entiende el lenguaje de la fuerza", ha dicho el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

Putin convenció a Trump en la cita de Alaska de que era mejor tratar de conseguir un acuerdo de paz global y dejar de lado la demanda de un alto el fuego. Es una estrategia para conseguir sus demandas maximalistas. Ahora Putin quiere incrementar la presión con bombardeos y avances sobre el terreno para debilitar a los ucranianos. Así tendrá más opciones de conseguir sus objetivos.