Zapad quiere decir Occidente en ruso. Así se denominan las maniobras militares que han empezado este viernes y continuarán hasta el 16 de septiembre. Son unos juegos de guerra de Rusia y Bielorrusia que este año arrancan justo tres días después de la más grave incursión de drones rusos en el espacio aéreo de Polonia, el país de la OTAN que más gasta en defensa. Polonia ha cerrado el último paso fronterizo con Bielorrusia con motivo de las maniobras. También va a enviar 40.000 soldados a la frontera, según ha confirmado el viceministro de Defensa, Cezary Tomczyk.
Estos juegos de guerra que organizan Putin y su fiel aliado Lukashenko tienen lugar cada cuatro años desde 2009. Empezaron en 1999 y en la primera década fueron anuales. Las últimas maniobras tuvieron lugar apenas dos meses antes de la invasión rusa de Ucrania del 24 de febrero de 2022.
Simularán en esta ocasión un ataque al corredor de Suwalki y al flanco oriental de la Alianza Atlántica. No es casualidad que esta misma semana Polonia haya detectado hasta 19 "intromisiones" en su espacio aéreo. Las llevaron a cabo drones rusos, los Geran-3, una versión autóctona del Shared iraní. "Ni fue un ataque a la OTAN ni un accidente, sino una forma de probar a la Alianza y a la vez lanzar una advertencia", afirma en su cuenta de X Mark Galeotti, analista de política rusa e Inteligencia.
Un test para la OTAN
Rusia puso a prueba la relación transatlántica con su incursión en el espacio aéreo de Polonia. No era la primera vez que drones rusos sobrevolaban un país de la OTAN, ya lo hicieron en Polonia en agosto y en varias ocasiones en los Bálticos, pero sí fue la violación más masiva del espacio aéreo en el flanco oriental de la Alianza Atlántica.
Por un lado, funcionó la coordinación con otras fuerzas europeas, ya que en el operativo para derribar los drones participaron F-35 holandeses y un Awacs italiano, junto a los F-16 polacos. A su vez, estaban preparados los Patriot alemanes del hub de Rzeszów. Lo preocupante, según apuntan expertos militares, es que uno de los drones llegó a cruzar 300 kilómetros de territorio polaco sin ser interceptado, una prueba de que falta preparación incluso en un país como Polonia para hacer frente a una amenaza así.
Sin embargo, el presidente de EEUU, Donald Trump, dejó mucho que desear con su respuesta. Primero sí se mostró sorprendido y reaccionó en Truth Social con un "allá vamos". En plan, pero qué es esto de violar el espacio aéreo de Polonia. También habló con el presidente polaco, Karol Nawrocki, uno de sus firmes aliados en Europa. El jueves ya esgrimía que podía deberse a un error la masiva incursión de drones rusos. El ministro polaco de Exteriores, Radek Sikorski, apuntaba contundente: "No, no se trata de un error, presidente".
Cierre de la frontera polaca con Bielorrusia
Con sus maniobras con Bielorrusia, Putin también está poniendo a prueba la paciencia de los aliados, sobre todo de Polonia, un país que conoce bien cómo actúa el líder ruso y cómo funciona Rusia. Fue de los primeros en advertir a los europeos tras la anexión de Crimea y la guerra en el Dombás de las estratagemas de Putin en cualquier negociación. Ahora Rusia ha advertido a Polonia sobre las consecuencias del cierre del último paso fronterizo que estaba aún abierto con Bielorrusia. Es el paso de Terespol, por el que cruzaron decenas de camiones y automóviles la víspera del cierre.
En los juegos de guerra de Putin y Lukasheko participan este año 13.000 efectivos, según los medios rusos. Fuentes del servicio secreto de Lituania estiman que son en realidad al menos 30.000 soldados rusos, bielorrusos, y también procedentes de países africanos y centroasiáticos aliados. También podrá exhibirse el potente misil Oréshnik, que Putin ya dijo que quería emplazar en Bielorrusia.
En las maniobras Zapad de 2021 participaron unos 200.000 efectivos y fueron el precedente de lo que Putin sigue llamando "operación militar especial" en Ucrania. La diferencia ahora es que Rusia tiene a la mayoría de sus hombres disponibles volcados con la guerra en Ucrania. Aún así dispone de soldados para mostrar su músculo militar en la frontera bielorrusa.
La utilidad de las Zapad 25
Como es habitual, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha asegurado que estas maniobras no se dirigen contra nadie. "Estos ejercicios no se hacen contra terceros países", ha dicho Peskov, quien insiste en que se trata de una colaboración entre aliados militares. Sin embargo, el experto militar Nico Lange afirma en Der Spiegel: "Rusia no oculta hacia dónde orienta estas maniobras. La incursión con drones se entiende en el mismo contexto. Son formas de probar qué tipo de reacción puede esperarse, qué capacidad de respuesta tiene la OTAN y observar cómo son los movimientos militares de los occidentales", apunta Lange. "Al menos les sirven para dejar munición y material militar preparado en Bielorrusia en caso de intervenciones ulteriores. Eso les permitirá ahorrar tiempo en caso de ataque en el futuro".
En este caso ensayarán sobre todo cómo defender el enclave de Kaliningrado y a la vez cómo atacar el corredor Suwalki, la franja de 96 kilómetros entre Polonia y Lituania, considerada el talón de Aquiles de la OTAN. Llega hasta Kaliningrado, bajo poder del Kremlin.
La OTAN va a responder a los Zapad 25 con maniobras militares. Polonia va a formar parte en los Iron Defender 25 con 30.000 efectivos. En Lituania se llevan a cabo los llamados Thunder Strike en los que participan 17.000 soldados aliados. A su vez, en respuesta a la intromisión de los drones rusos Francia va a desplazar varios Raffale a Polonia para que colaboren en la vigilancia del espacio aéreo, que se ha cerrado en el flanco oriental.
Las maniobras con Rusia suponen para Lukashenko una prueba de fuego en la que requiere hacer equilibrios. Bielorrusia se apresuró a anunciar esta semana que había advertido a Polonia sobre esos drones que se habían desviado de un ataque de Rusia sobre localidades en el oeste de Ucrania.
De momento, Bielorrusia no ha intervenido directamente en la guerra en Ucrania, aunque Lukashenko sirve a los intereses del Kremlin. Gracias a Putin, Lukashenko sigue en el poder, tras las revueltas del verano de hace cinco años. Sin embargo, el dictador más longevo de Europa sabe que intervenir directamente en la guerra atizaría las protestas en su contra.
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