La guerra de Ucrania y Rusia pasará a la historia militar por la revolución de los drones en el campo de batalla. Los ucranianos, con drones aéreos, fueron capaces de frenar e incapacitar columnas de tanques rusos y con los drones navales han desactivado el poderío de la armada rusa en el Mar Negro.

La OTAN ha tomado nota del potencial de estas herramientas en el campo de batalla y entrena a sus operaciones especiales a diseñar, construir y desplegar naves de superficie sin tripulación. 

Dirigido por el Comando de Fuerzas de Operaciones Especiales Aliadas de la OTAN (SOFCOM), el ejercicio Bold Machina 25 en Den Helder, Países Bajos, ha enseñado este mes a los soldados de élite de la OTAN cómo se pueden utilizar la impresión 3D y materiales asequibles para crear drones navales capaces de realizar misiones de reconocimiento, reabastecimiento de fuerzas y realizar misiones de ataque marítimo.

Drones impresos durante los ejercicios Bold Machina 25. | OTAN

“Estamos poniendo a prueba la capacidad de un operador marítimo de fuerzas especiales  para construir y producir por sí mismos un dron de superficie, con el objetivo de obtener, o de cerrar una ventaja y obtener una superioridad frente a un enemigo mayor”, asegura Massimiliano Rossi, Jefe de Estado Mayor del Mando de Fuerzas de Operaciones Especiales Aliadas de la OTAN (SOFCOM). “Imagina que una pequeña unidad de operaciones especiales quiere atacar a una marina más grande usando drones; será una sorpresa, y lo harán con recursos muy poco costosos que pueden crear la ventaja necesaria para enfrentarse a un enemigo más grande y fuerte”, añade. 

El ejemplo está tomado de Ucrania, donde las fuerzas de Operaciones Especiales han utilizado este tipo de naves no tripuladas para alterar el equilibrio de poder en el Mar Negro. En este entrenamiento, los soldados de la OTAN, tras instalar baterías, motores y un sistema operativo de código abierto, los operadores pudieron botar los barcos a lo largo de rutas preestablecidas en el puerto de la base naval de Den Helder. En una situación de crisis, estos drones podrían utilizarse para realizar diversas tareas de combate y apoyo a las fuerzas de la OTAN.

Formación durante el ejercicio Bold Machina 25. | OTAN

Para Rossi aunque es un entrenamiento de habilidades tecnológicas lo importante es la formación de los soldados. “Al final, detrás del activo tecnológico, siempre están los hombres. Así que aquí estamos enseñando a personas que están entrenadas para nadar, lanzarse en paracaídas, disparar, cómo construir un vehículo de superficie no tripulado. Porque al final del día, ellos serán quienes controlen en la fase terminal el dron, o tendrán que enseñar a otros a controlar y emplear el dron. Esta es una habilidad especial que solo los operadores SOF pueden manejar. Así que son lo suficientemente inteligentes como para entender cómo, desde el lado tecnológico, construir estos pequeños drones”.

Iterar, experimentar para aprender con las nuevas tecnologías, es para la OTAN un aprendizaje de combate que a la velocidad que cambian las cosas es un valor en sí mismo.  "Esta tecnología no es estática. Es dinámica, está avanzando, está madurando rápidamente y está cambiando el entorno en el que operamos. Ya sea que estés derribando puertas o nadando en un puerto, la tecnología está llegando para hacerlo más difícil, o en algunos casos, más ventajoso para nosotros si utilizamos la tecnología", asegura  Kurt Muhler, capitán de la Marina de Estados Unidos y director de desarrollo marítimo en SOFCOM. “No podemos tener miedo a fracasar, y a veces una solución al 80 por ciento es suficiente. Así que necesitamos iterar, iterar, iterar. Y el fracaso en estas iteraciones con sistemas autónomos y lo que queremos hacer, mientras estemos aprendiendo algo, en realidad no es un fracaso”, añade.