"Ni la OTAN ni yo estamos contentos con Rusia". El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a cambiar de táctica con el líder ruso, Vladimir Putin. Sigue convencido de que la guerra en Ucrania ha de terminar y ahora ha decidido que es la hora de aplicar el palo tras haber ofrecido la zanahoria sin éxito. EEUU va a sancionar a las principales petroleras rusas "por la falta de un compromiso serio con la paz" por parte del Kremlin.
"Lo que está haciendo Trump es presionar a Putin para que se siente a negociar", ha dicho el secretario general de la OTAN. "Tanto Putin como Zelenski han de ceder, y dejar a un lado el odio que se profesan", ha dicho Trump, quien ha elogiado la labor de los aliados europeos y Canadá. "Es lo que queremos, como Trump, que haya una paz duradera", ha añadido Rutte.
Rutte elogia las dotes pacificadores de Trump
Antes del encuentro, Mark Rutte ha insistido en que tiene "plena confianza" en la habilidad de Donald Trump para lograr la paz entre Ucrania y Rusia. "Es el único que puede hacerlo", ha dicho Rutt. "Tienen un presidente con amplia experiencia gracias a su primer mandato, y que tiene una clara visión sobre cómo lograr que esta guerra termine de forma permanente". Rutte ha destacado "el enorme éxito" logrado por Trump en Oriente Medio, así como el logro del aumento del presupuesto de los aliados dedicado a defensa hasta el 5%.
La reunión entre Donald Trump y Mark Rutte se ha organizado tras el estancamiento de las negociaciones entre Ucrania y Rusia. La Casa Blanca reconoció el martes que no había planes inmediatos para que el presidente se reuniera con el líder ruso Vladimir Putin, a pesar de que Trump había anunciado una segunda reunión bilateral en Budapest. Rutte ha negado que el encuentro entre Trump y Zelenski del viernes hubiera sido un fracaso.
Zelenski y Trump se vieron justo después de que el presidente de EEUU conversara por teléfono con Putin y la versión que divulgó el Financial Times fue de presión máxima a Zelenski para que aceptara las condiciones del Kremlin. Justo cuando elenski quería poner sobre la mesa el envío de Tomahawks, misiles de largo alcance. Trump ha aclarado que se necesitarían seis meses para aprender a usarlos y eso es mucho tiempo, y EEUU no va a usarlos directamente.
La última vez que Rutte estuvo en Washington fue para reunirse con Trump, Volodimir Zelenski y otros líderes europeos en agosto. Rutte y Trump han hablado sobre el plan de paz de 12 puntos elaborado por los líderes europeos y Zelenski. El plan pide un alto el fuego basado en las líneas de batalla actuales, el regreso de los niños deportados y un intercambio de prisioneros.
Putin rechaza un alto el fuego y por ello se canceló el encuentro en Budapest, e incluso la reunión entre los jefes de la diplomacia de EEUU, Marco Rubio, y de Rusia, Serguei Lavrov. Hay demasiada distancia entre los planteamientos de Moscú y Kiev. La nula voluntad negociadora de Putin quedó clara con el ataque del miércoles contra un jardín de infancia en Járkov.
El anuncio sorpresa del Tesoro
Justo antes del encuentro de Rutte y Trump, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunciaba que pronto iba a producirse un "aumento sustancial" de las sanciones contra Rusia. "El presidente Putin ni fue franco ni honesto en la mesa de negociaciones, como nosotros esperábamos", dijo el secretario del Tesoro en la cadena Fox. Bessent habló de la "decepción" de Trump, lo que explica este nuevo giro de guion.
Las sanciones se dirigen contra su principal fuente de ingresos, el petróleo. El Tsoro incluye en la lista negra las dos mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil. Bloquea sus activos en EEUU. El objetivo es recortar la financiación de la maquinaria de guerra rusa. La presión aumenta para que Putin acepte un alto el fuego.
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