El huracán Melissa, de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, ha tocado tierra esta madrugada en el oriente de Cuba con vientos de hasta 195 kilómetros por hora y fuertes lluvias, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos. El impacto se ha producido cerca de Chivirico, en las inmediaciones de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más poblada del país.

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El Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) ha informado de que el sistema avanza en dirección noreste a unos 17 kilómetros por hora, con previsión de mantener vientos sostenidos superiores a los 200 kilómetros por hora. Las precipitaciones podrían acumular hasta 450 litros por metro cuadrado y la marejada ciclónica generar olas de hasta ocho metros.

Los pronósticos indican que Melissa permanecerá entre seis y ocho horas sobre territorio cubano antes de salir al mar por el municipio de Banes, en la provincia de Holguín, aunque sus efectos se prolongarán durante gran parte del día.

Las autoridades han calificado el huracán como un fenómeno “extremadamente peligroso”, con riesgo de inundaciones súbitas, deslaves, penetraciones del mar en zonas costeras bajas, derrumbes y posibles daños en presas.

Cuba paralizada

En las seis provincias en alarma ciclónica –Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Las Tunas y Camagüey– se ha evacuado o protegido a 735.000 personas, una cifra que supone más del 7,5 % de la población. La mayoría permanece en casas de familiares y allegados, mientras que el resto ha sido trasladado a refugios.

La región oriental se encuentra bajo amplias medidas preventivas: se ha paralizado el transporte terrestre, marítimo y aéreo, se han suspendido las clases y se han asegurado infraestructuras y cultivos. Dos de las siete centrales termoeléctricas del país se han detenido por precaución ante la posibilidad de daños, en un sistema energético que arrastra años de obsolescencia y falta de inversión.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha llamado a la responsabilidad y a extremar la precaución, advirtiendo de que “será una noche muy difícil” para el país.

Ocho años después de Irma

Melissa atravesó el martes Jamaica como huracán de categoría 5, dejando graves daños materiales y cortes de electricidad que afectaron a más de 530.000 personas. El primer ministro jamaicano, Andrew Holness, declaró el territorio “zona catastrófica” tras la devastación.

El último huracán de categoría 5 que golpeó Cuba fue Irma, en 2017, que causó 10 fallecimientos y daños valorados en unos 13.000 millones de dólares. El más reciente ciclón que afectó directamente a Santiago de Cuba fue Sandy, en 2012, que provocó 11 muertos y fuertes destrozos en la ciudad.

Los meteorólogos cubanos habían anticipado una temporada ciclónica “muy activa” en el Atlántico, vigente del 1 de junio al 30 de noviembre, con hasta ocho huracanes. En la temporada previa, dos ciclones impactaron de manera directa la isla: Óscar, en octubre, con categoría 1 en el oriente; y Rafael, un mes después, con categoría 3 en el occidente.

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