Pekín ha confirmado que el presidente chino, Xi Jinping, y el mandatario estadounidense, Donald Trump, se reunirán mañana jueves en Corea del Sur con el objetivo de rebajar la tensión comercial entre las dos mayores economías del mundo. Aunque Washington ya había avanzado la cita –con Trump en territorio surcoreano desde este miércoles–, Pekín no se había pronunciado hasta ahora. Será la primera reunión entre ambos desde el regreso de Trump a la Casa Blanca.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Guo Jiakun, ha subrayado en rueda de prensa que los mandatarios mantendrán “conversaciones en profundidad” sobre cuestiones estratégicas y de largo plazo, además de abordar asuntos de interés común. Pekín afirma estar dispuesto a trabajar con Estados Unidos para “impulsar resultados positivos” que proporcionen “nuevas directrices” hacia un desarrollo estable de los lazos bilaterales.

El fentanilo, en la agenda

Trump también se ha mostrado confiado en la posibilidad de llegar a un entendimiento comercial. En declaraciones a bordo del Air Force One, ha sostenido que alcanzar un acuerdo beneficioso para ambas partes “sería un gran resultado” y preferible a prolongar el enfrentamiento. Entre los temas incluidos en la agenda figura la cooperación para combatir el tráfico de fentanilo, un opioide sintético cuya expansión ha provocado una crisis sanitaria en Estados Unidos. El presidente estadounidense ha abierto la puerta a rebajar ciertos aranceles a Pekín para facilitar esa colaboración.

China, por su parte, ha defendido que cuenta con políticas antidrogas “firmes, exhaustivas y bien documentadas”, y ha expresado su “solidaridad” con la situación que atraviesa Estados Unidos. No obstante, Pekín mantiene que el problema del fentanilo se origina en el propio mercado estadounidense y que corresponde a Washington asumir la responsabilidad principal de su gestión. Aun así, insiste en que está dispuesto a cooperar “de buena fe”.

Cumbre Asia-Pacífico

El encuentro tendrá lugar en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Al margen de las negociaciones comerciales y de seguridad, una cuestión técnica que podría abordarse es el futuro de TikTok en Estados Unidos. La legislación estadounidense exige que la plataforma se desvincule de su matriz china, ByteDance, para seguir operando, al considerar que la relación corporativa implica riesgos para la seguridad nacional. Trump ha sugerido que este asunto no será central en la reunión, del mismo modo que la cuestión de Taiwán, que previsiblemente quedará fuera de la agenda inmediata.

En paralelo a estos movimientos diplomáticos, China ha adquirido en los últimos días al menos dos cargamentos de soja de Estados Unidos, según fuentes citadas por Bloomberg. Se trata de las primeras compras significativas de la presente cosecha tras meses congeladas como consecuencia de la escalada arancelaria. Los envíos ya han sido reservados para entrega posterior y podrían integrarse en el “acuerdo preliminar” que ambos gobiernos firmaron recientemente en Malasia como paso previo al encuentro entre Xi y Trump.

El gesto de la soja

La soja ha sido uno de los elementos más visibles de la disputa comercial. Pekín elevó al 34 % sus tasas a la importación de soja estadounidense, un producto clave para la alimentación de ganado y del que China era tradicionalmente uno de sus principales compradores. Washington había insistido en que la reactivación de compras sería una señal de deshielo. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha asegurado que los agricultores estadounidenses estarán “extremadamente contentos” con lo pactado “este año y en los años venideros”.

Sin embargo, expertos en política agrícola han señalado que Pekín lleva meses diversificando proveedores –principalmente en Sudamérica– y tratando de reducir su dependencia del abastecimiento estadounidense. China no ha mostrado intención de revertir esa tendencia a medio plazo, al considerar que su seguridad alimentaria no puede quedar condicionada a la relación con Washington.

Los resultados de la reunión se conocerán tras su celebración. Por ahora, tanto Pekín como Washington evitan adelantar compromisos concretos, a la espera de comprobar si la cita permite consolidar una fase de distensión real.