Cristiano Ronaldo, capitán de la selección portuguesa y figura central del Al-Nassr saudí, se convirtió este martes en uno de los invitados más destacados en la cena de gala ofrecida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en honor al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, en el Salón Este de la Casa Blanca. El futbolista asistió acompañado por su esposa, Georgina Rodríguez, y ocupó un asiento preferente junto a parte de la delegación saudí.

La presencia del astro portugués-que desde su desembarco en la liga saudí se ha convertido en un símbolo de la ambiciosa estrategia de modernización del reino, que las organizaciones de derechos humanos denuncian como una gigantesca campaña de sportewashing para limpiar los abusos y violaciones del reino- fue confirmada por la propia Casa Blanca horas antes del evento. Aunque no intervino públicamente durante la cena, su asistencia no pasó desapercibida entre los invitados ni entre los medios congregados.

Un invitado celebrado por Trump y admirado por Barron

Durante el discurso de bienvenida, Trump interrumpió sus palabras para reconocer la presencia del delantero portugués, al que calificó de “superestrella” y cuyo impacto mediático aprovechó para un comentario personal: “Mi hijo es un gran fan de Ronaldo”, dijo el presidente, en alusión a Barron Trump. “Y creo que hoy me respeta un poco más solo por presentártelo”, añadió, arrancando sonrisas entre los asistentes.

Ronaldo, situado en una de las mesas principales, recibió el saludo directo del presidente y varios gestos de complicidad durante la velada. Fuentes del evento indicaron que el deportista fue uno de los nombres más solicitados para fotografías en los minutos previos a la cena.

Un encuentro marcado por el estrechamiento de lazos Washington–Riad

Trump dedicó gran parte de su intervención a elogiar la figura del príncipe heredero saudí, al que definió como “un verdadero socio para la paz y la prosperidad” y una pieza clave en la estabilidad de Oriente Medio. La visita de Mohammed bin Salmán se produce en un momento de reforzamiento de los vínculos económicos y políticos entre Estados Unidos y Arabia Saudí, en los que el deporte y la imagen internacional del reino han adquirido un papel relevante, lejos ya del asesinato del periodista Jamal Khashoggi o la campaña de arrestos de mujeres activistas.

La asistencia de Ronaldo, convertido en el rostro global de la liga saudí desde su llegada en 2023, se interpreta como parte de ese esfuerzo diplomático más amplio. El futbolista ha participado en diversos actos institucionales en Arabia Saudí y ha respaldado públicamente proyectos de desarrollo impulsados por el gobierno, incluida la ambición saudí de albergar el Mundial de 2034.

Un evento accidentado por la lluvia y con regresos sonados

La cena sufrió un leve retraso debido a la intensa lluvia que azotó Washington D.C. a última hora de la tarde. La alfombra roja instalada en la entrada del salón tuvo que ser cubierta rápidamente por una carpa, lo que obligó a reorganizar el protocolo previsto.

Entre los asistentes también destacó la presencia del empresario Elon Musk, que regresó a la Casa Blanca tras un periodo de distanciamiento público con Trump y después de haber dejado su puesto como responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge). Su aparición en la gala fue interpretada como un gesto simbólico de deshielo entre ambos.

Junto a Musk y Ronaldo, la cena reunió a un selecto grupo de ejecutivos estadounidenses y miembros de la delegación saudí, lo que reforzó el carácter político, económico y mediático del encuentro.

El papel de Ronaldo en la estrategia global saudí

Desde su fichaje por el Al-Nassr a principios de 2023 y el posterior acuerdo que lo situó entre los deportistas mejor pagados del mundo, Ronaldo se ha convertido en un embajador de facto del proyecto saudí de expansión internacional a través del deporte. Su presencia en eventos institucionales, entrevistas y actos promocionales en el reino lo ha consolidado como uno de los pilares de la estrategia que impulsa Mohamed bin Salmán para diversificar la economía y blanquear la imagen exterior del país.

En una entrevista reciente, el propio Ronaldo se refirió al príncipe heredero como “nuestro jefe”, reflejando la cercanía entre el futbolista y las autoridades saudíes. Su presencia en la Casa Blanca, integrada en la agenda oficial de la visita de Riad, representa uno de sus gestos diplomáticos más visibles desde su llegada al país.