Todo empezó cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, criticó en la mañana de este jueves por primera vez en público a su hasta la semana pasada encargado de recortar el gasto público, el empresario Elon Musk. "Mirad, Elon y yo teníamos una gran relación. No sé si la seguiremos teniendo", dijo ante las cámaras, preguntado por las críticas de Musk. "Estoy muy decepcionado con Elon. He ayudado mucho a Elon", insistió.

Aunque realmente el choque arrancó mucho antes: ya la semana pasada Musk se había quejado en X de la ley ómnibus de Trump, esa que el Congreso calcula que dispare el déficit público en 2,4 billones a lo largo de los próximos diez años, y siguió haciendo comentarios durante los siguientes días, cada vez más enfadado. Pero Trump no se había posicionado en público sobre el tema, y sus declaraciones a los medios previas a su reunión con el canciller alemán, Friedrich Merz, terminaron por enfadar al empresario sudafricano.

"Es momento de lanzar la gran bomba: Donald Trump está en los papeles de Epstein. Esa es la razón real por la que no se han hecho públicos aún. ¡Que tengas un buen día, DJT!", lanzó Musk cuando las acciones de Tesla ya caían un 14% y después de que Trump publicase en Truth Social que "la mejor manera de ahorrar miles de millones de dólares" es "acabar con los contratos gubernamentales de Elon".

Antes, el hombre más rico del mundo se había lanzado a atacar al presidente de EEUU en X, al empezar a rescatar tuits de Trump de 2013 en los que este se quejaba de que los republicanos estuviesen a favor de aumentar el techo de deuda y que el presupuesto del país debería equilibrarse. "¡Soy republicano y estoy avergonzado!", escribió Trump entonces. Son mensajes que Musk ha compartido diciendo "¡no podría estar más de acuerdo!" y "sabias palabras".

La situación es especialmente llamativa porque el pasado viernes el CEO de Tesla y SpaceX estaba en el Despacho Oval para despedirse de la Casa Blanca, y allí decidió alabar a Trump, agradeciéndole que le dejase asesorarlo y asegurando que no se iría muy lejos. "Esto no es el final del DOGE, sino el principio", dijo el empresario, asegurando también que estaba "deseando seguir siendo un asesor del presidente". De su lado, Trump destacó que Musk realmente no se iba a ir, porque iba a "estar yendo y viniendo". "Tengo la sensación de que es su bebé, y de que vamos a estar haciendo muchas cosas", dijo, diciendo que el gurú tecnológico "ha trabajado incansablemente", y "lo que ha encontrado es bastante increíble".

El origen de la disputa: la "beautiful bill"

Trump ha dicho este jueves en el mismo Despacho Oval donde dio una rueda de prensa con Musk el viernes que este está en contra de su ley "grande y hermosa" por motivos personales, aunque este ha dejado claro que le preocupa que disparará el gasto público y también el déficit y la deuda -la Oficina de Presupuestos del Congreso ha calculado que sumará en torno a 2,4 billones de dólares al déficit a lo largo de los próximos diez años-. También ha dicho que cree que está molesto porque eliminó las subvenciones a las empresas de vehículos eléctricos, y al mismo tiempo ha desdeñado la inversión que Musk hizo en su campaña electoral, diciendo que habría ganado Pensilvania sin él. "Susie y yo habríamos ganado Pensilvania fácilmente de cualquier modo", ha dicho.

Las críticas de Musk a la ley de Trump cobran especial relevancia ahora puesto que el presidente aún necesita convencer a senadores republicanos para que voten a favor del proyecto. Si solo cuatro de ellos deciden no apoyarla, no saldría adelante, siempre y cuando todos los demócratas voten en contra, como han prometido.

El proyecto de ley de Trump incluye un aumento de costes de 4,2 billones y recortes por valor de 1,8 billones. Como actualmente el déficit de Estados Unidos es de otros 1,8 billones, la nueva ley supondrá un aumento de dicho déficit del 133% de aquí a 2055, grosso modo y sin tener en cuenta cuánto crecerá o caerá la economía en ese mismo periodo. Por esa razón, Musk entiende que Trump está llevando al traste todos sus esfuerzos para reducir el gasto público, aunque este le quita importancia y dice que no supondrá tal incremento del déficit porque las bajadas de impuestos impulsarán la economía y por tanto "se pagarán solas".

Musk replica y lo llama ingrato

Fue muy poco después de que Trump produjese esas palabras cuando Musk le contestó en X, preguntándose dónde está el antiguo Donald y diciendo que el presidente miente cuando dice que el empresario revisó la ley y que no tenía ningún problema con ella. "Es falso, esta ley nunca se me enseñó, ni siquiera una vez, y se aprobó en la nocturnidad de la noche tan rápido que ni siquiera nadie del Congreso pudo leerla".

"Lo que sea. Mantén los recortes al vehículo eléctrico de la ley, aunque no se hayan tocado las subvenciones al petróleo y al gas (¡muy injusto!), pero quita LA MONTAÑA ASQUEROSA DE DERROCHE de la ley. En toda la historia de la civilización, nunca ha habido una ley que sea a la vez grande y bonita. ¡Todo el mundo lo sabe! O haces una ley fea y grande o una ley delgada y bonita. Delgada y bonita es el camino".

Minutos después, ha decidido redoblar sus ataques y a partir de entonces no ha dejado de subir el tono: "Sin mí, Trump habría perdido las elecciones, los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los republicanos tendrían 51-49 en el Senado. Qué ingratitud", ha publicado en X. Unos momentos después, ha preguntado si es el momento "de crear un nuevo partido político en Estados Unidos que realmente represente al 80% medio".