A Margarit le enseñaron a escribir dos mujeres que no sabían escribir. Su abuela y su hija Joana. La primera le educó en catalán, la segunda le mostró la vida, limpia y cruda. Su poesía sale de mirar a los otros, de no olvidar, del daño, del dolor, del ansia. De mirarse por dentro, también.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
-
Madrid quiere blindar su identidad declarando BIC el cocido y la zarzuela
-
Duato, sin subvenciones y sin filtros: "Tenemos un ministro que no sabe de artes escénicas"
-
Palma de Oro de Cannes: 'Un simple accident', del iraní Jafar Panahi
-
El español Oliver Laxe gana el premio del Jurado de Cannes con Sirat
Lo más visto