El señalamiento del 23 de Julio para la convocatoria de elecciones anticipadas tiene muchas desventajas entre otras que es víspera de un puente largo porque el día 25 es martes con lo que, además de ser una fecha nefasta para todos los españoles, resulta casi imposible para las comunidades que hacen puente: Galicia, Castilla y León, País Vasco y Navarra.

Creo que Pedro Sánchez no fue consciente de las fechas fijadas para las elecciones generales urgido por dar una respuesta, cuanto más rápida mejor, al inminente levantamiento de su partido contra él.

A nadie se le oculta que absolutamente todos los presidentes de comunidades y los alcaldes que han perdido sus puestos son consciente de que la patada en sus respectivos culos se las han dado porque era la primera ocasión que se tenía de propinársela a Pedro Sánchez por vía interpuesta.

Son innumerables los puestos de trabajo que se van a perder en todo el país por culpa de Sánchez, puestos de trabajo que no desaparecen como tales porque serán ocupados por otros miembros del PP o próximos a ese partido. Pero eso no les va a servir de consuelo a los que van a perder su sustento y el de sus familias: presidentes de comunidad, directores generales, alcaldes, responsables de multitud de organismos autonómicos, secretarias, chóferes, asesores y un largo etcétera que serán un colchón de descontento de cara a los próximos comicios del 23J.

Es un partido en estado de shock que, a pesar de todo, va a ponerse firmes y en estado de revista, pero con la moral por los suelos. Y eso se va a notar en esta campaña en la que los populares están rebosantes de satisfacción por contraste con los moralmente hundidos cuadros socialistas.

El Partido Socialista se va a poner las pilas, eso está descartado. Pero sin las ganas de victoria que acompañaba en otras ocasiones a sus miembros. Ellos van a perder las elecciones en la medida en que ahora es la ocasión que los electores tienen de castigar directísimamente a quien han castigado tan duramente el 28 de mayo por vía interpuesta.

Por lo tanto, no tienen ningún sentido esos cálculos que se hacen desde Moncloa según los cuales la distancia que les separa del PP es de apenas 3,4 puntos y eso es fácilmente asequible para los socialistas. Ese cálculo es un engaño. Esos 3,4 puntos son los que ahora les ha separado del PP porque los presidentes autonómicos y los alcaldes tenían muchos partidarios en su comunidad o en su ayuntamiento que Pedro Sánchez no va a tener en ningún caso. Son ganas de engañarse, de meterse en la burbuja de la que insisten en no salir.

El riesgo de desmovilización es un riesgo real en la medida en que la gente o está de vacaciones, o de puente, o con las temperaturas que se prevé que se alcancen en esa época del año, muchos electores no podrán salir de sus casas, hablo de ancianos o de gente con algún impedimento.

Y esto sirve para la derecha y para la izquierda. Con el añadido de que la compra de votos por correo que se ha producido en Melilla y en otros pueblos de la península ha puesto en alerta a los electores. Por eso es imprescindible que la decisión de la Junta Electoral Central en relación con los votos de Melilla y de Mojácar, donde se había producido una compra masiva de papeletas, de exigir la presentación del DNI en cada entrega de cada voto se mantenga, ahora que el voto por correo va a ser masivo entre las personas que tengan sus vacaciones en el mes de Julio.

Si se pierden las elecciones, cosa muy probable, correrá la sangre en el Partido Socialista porque será el momento de pedir explicaciones

Por supuesto, eso no rige para los que hayan planificado unas vacaciones itinerantes. Lo que habría que saber es si una estancia fija en el extranjero sería también cubierta por el voto por correo.

En cualquier caso, las espadas siguen guardadas en el PSOE por lo menos hasta que se cierren las urnas el 23J. A partir de ahí, si se pierden las elecciones, cosa muy probable, correrá la sangre en el Partido Socialista porque será el momento de pedir explicaciones por una campaña en términos nacionales llena de anuncios de Pedro Sánchez que al final no han servido para nada y que, por el contrario, han servido para desalojar a decenas de alcaldes y de presidentes autonómicos del PSOE.

Un reproche que se escucha en las sedes territoriales: que al presidente del Gobierno le daba igual donde estuviera. Él hacía el anuncio correspondiente estuviera en Jaén o en Valencia sin poner en valor las características de la ciudad o de la comunidad a la que le tocaba asistir. Simplemente actuaba como presidente del Gobierno repartiendo medidas y repartiendo dinero.

Muchas son las explicaciones que le están esperando en cuanto pase el 23 de Julio si se pierden las elecciones.

Y todas carecen de marcha atrás. Son irreversibles.