Todos los observadores de la actualidad eclesial actual sitúan a la más férrea oposición contra el Papa Francisco en los Estados Unidos de América. Siempre se ha establecido una especie de correlación: si el Papa de turno es aceptado por todos los católicos estadounidenses -y por los poderes fácticos, habría que añadir-, significa que ese Papa puede vivir tranquilo. Por el contrario, si entre los católicos -y los aludidos poderosos- de ese país hay un número relevante de críticos y opositores contra el Papa, ya no hay tranquilidad, la batalla está servida, será larga e irá en progresión creciente. Y, desde que Jorge Mario Bergoglio es Papa, la tensión entre él y la facción ultraconservadora de la Iglesia católica de Estados Unidos está en unos niveles cada vez más altos y enconados.
Ante esta situación, surge una pregunta elemental: ¿Qué hay detrás del enfrentamiento entre el Papa Francisco y los jerarcas ultraconservadores que son hostiles y opuestos a sus reformas en la Iglesia de Estados Unidos? Es evidente que el Papa Francisco promueve una visión más abierta e inclusiva de la Iglesia católica, y es también evidente que los sectores ultraconservadores de la institución no quieren esa apertura y apuestan por seguir rígidamente con sus doctrinas tradicionales. A partir de esa premisa, habrá que tratar de encontrar causas, razones, posturas y sentimientos.
Para encontrar alguna respuesta a la pregunta anterior, nos viene muy bien el encuentro de Francisco con un amplio grupo de jesuitas en Lisboa, el 5 de agosto de 2023, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Respondiendo con familiaridad y franqueza a las preguntas de sus hermanos de congregación, el Papa Francisco fue dejando una serie de claves para entender las resistencias y las actitudes reaccionarias. Uno de los jesuitas le comentó: “He estado un año en Estados Unidos y quedé impresionado al ver a tantos católicos, incluso obispos, criticar su manera de dirigir la Iglesia”. A lo que Francisco le respondió: “Comprobaste que en Estados Unidos la situación no es fácil: hay una actitud reaccionaria muy fuerte, organizada, que moldea la pertenencia de la gente, incluso emocionalmente... Cuando la ideología reemplaza a la fe, la membresía en un sector de la Iglesia reemplaza la membresía en la Iglesia”. Y aprovechó para recordar otra vez algo absolutamente obvio: “Hay una evolución normal en la comprensión de las cuestiones de fe y moral, y es inútil mirar hacia atrás”.
Hay un equilibrio entre el número de fieles con posiciones progresistas y quienes defienden ideas conservadoras
También, algunos datos básicos nos pueden iluminar respecto a la pregunta aludida. En un país de unos 340 millones de habitantes, los católicos representan aproximadamente un 20 por 100 de la población y, según estudios sobre el tema, hay un equilibrio entre el número de fieles con posiciones progresistas y quienes defienden ideas conservadoras. La jerarquía eclesiástica se compone de 434 obispos y arzobispos activos y jubilados, entre ellos 16 cardenales. Cada vez más, el alto mando de la Iglesia católica se adscribe a la línea dura, defendiendo las doctrinas tradicionales frente a los intentos de reforma del Papa Francisco. Como dice la periodista y teóloga Dawn Goldstein, “no sabemos si los que se oponen a Francisco son mayoría, pero tienen más poder y desde hace años controlan la Conferencia Episcopal Estadounidense”.
Por regla general, los grupos ultraconservadores estadounidenses han apoyado tradicionalmente la autoridad papal. No hace falta más que repasar sus actitudes ante Juan Pablo II y Benedicto XVI. Sin embargo, en Francisco perciben unos enfoques demasiado liberales, y ya se sabe que, en aquellas tierras, liberal equivale a izquierdoso o comunista. Difieren totalmente de Francisco en temas como el cambio climático, la inmigración, la justicia social, el control de armas, la pena de muerte, el trato a la comunidad LGTBI... Dawn Goldstein explica que se trata de un grupo muy poderoso, con apoyos en el mundo empresarial y que controla una vasta red de medios de comunicación en los que amplifica sus ideas y sus críticas al Papa.
Dos representantes de esta ala dura de la Iglesia estadounidense son el cardenal Raymond Burke y el obispo Joseph E. Strickland. Del primero ya traté en uno de los capítulos anteriores, el titulado: “El selecto club de los guardianes de la ortodoxia”. Viendo sus acciones y actitudes contra Francisco, nos hacemos una idea aproximada de lo que se mueve en el ala dura del catolicismo estadounidense.
El 11 de noviembre de 2023, el Papa Francisco destituyó al obispo Joseph E. Strickland de la diócesis de Tyler, Texas, después de que éste se negara a renunciar a raíz de una investigación del Vaticano. La investigación, que determinó irregularidades en la administración de las finanzas por parte de Strickland, concluyó que no debía continuar en el cargo. Esa fue la versión oficial. Pero, para expertos y vaticanistas, la razón real de su destitución fue la campaña de ataques, oposición y acusaciones falsas y difamatorias contra el Papa Francisco. Ciertamente, este obispo no solo estaba administrando mal su diócesis, sino que también pasaba la mayoría del tiempo en internet “pidiendo a los fieles que desoyeran al Papa y acusando a Francisco de socavar el depósito de la fe”.
Entre los gestos sorprendentes de Joseph E. Strickland está su discurso, en el año 2020, en una manifestación en defensa de Donald Trump y en protesta contra el supuesto “fraude electoral” de Joe Biden. La lista de excentricidades de este obispo peculiar va desde llamar “hereje” al Papa, hasta enviar a través de twitter (ahora X) un video que presentaba al Papa Francisco como un payaso. Sin olvidarnos de sus palabras horas antes de la apertura del Sínodo de la sinodalidad: “Caigamos de rodillas en humilde reparación por las blasfemias que emanan de Roma”.
Conclusión: este prelado, con alevosía y arrogancia, quiso echar un pulso a Francisco y lo perdió. Pero la siembra de cizaña que ha hecho y continúa haciendo en sectores de la Iglesia estadounidense ha calado hondo y da frutos nefastos.
Extracto del libro La oposición orquestada contra el Papa Francisco. Entre la estrategia y el esperpento, de Celestino Fernández. Publicado por Editorial Ceme & La Milagrosa difusiones.
Celestino Fernández es sacerdote de la Provincia San Vicente de Paúl-España. Ha sido durante 12 años director de las Hijas de la Caridad de la Provincia de Granada. Es periodista.
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