Esta semana, desde Aldeas Infantiles SOS hemos querido conmemorar el cuarto aniversario de la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) organizando un encuentro en el que reunimos a niños y niñas junto a responsables políticos que nos representan en el Congreso de los Diputados, precisamente el lugar en que se aprobó esta norma pionera que marcó un antes y un después en la defensa de los derechos de la infancia en España.
Conocida como LOPIVI, esta ley fue un logro histórico fruto del esfuerzo colectivo de organizaciones, profesionales y personas comprometidas con la infancia. Una ley tan ambiciosa como esta requiere de la colaboración de todos los estamentos de la sociedad para su desarrollo normativo y su aplicación efectiva. Se necesita voluntad política, coordinación entre administraciones, recursos humanos y económicos suficientes y procedimientos judiciales que protejan a niños y niñas.
Se necesita voluntad política, coordinación entre administraciones, recursos humanos y económicos suficientes y procedimientos judiciales que protejan a niños y niñas
Este es un derecho que tiene que garantizarse para todos los niños y niñas, sin importar dónde vivan, porque su dignidad no conoce fronteras ni debe conocer límites. Es un derecho que tiene que aplicarse con profundo respeto y sensibilidad, sin revictimizar a los niños y niñas ni hacerles revivir las heridas del pasado. Cada paso en su protección debe ser un acto de cuidado y no un recuerdo del sufrimiento vivido, en muchos casos debido a la violencia sufrida.
Desgraciadamente, la violencia contra la infancia no se limita a nuestras fronteras. Hoy más de 400 millones de niños y niñas viven en zonas de guerra. Millones más sufren las consecuencias de los conflictos bélicos. La inseguridad, la pérdida de referentes y la exposición continua a noticias e imágenes de guerra tienen secuelas profundas en su salud mental y en su desarrollo emocional. Estas heridas, aunque invisibles, también requieren atención y cuidados.
Desde Aldeas Infantiles SOS queremos que este aniversario sirva para recordar que la protección integral de la infancia también implica el cuidado de su salud mental. Los entornos seguros, afectivos y estables son los cimientos sobre los que construir una paz duradera. Confiamos en que leyes como la LOPIVI, orientadas a blindar la protección de la infancia en todos los ámbitos, sirvan de ejemplo del rumbo que la legislación internacional puede tomar para establecer mecanismos y estándares para la defensa y el apoyo psicológico a la infancia.
No hay paz duradera sin infancia protegida
Como organización de atención directa a la infancia, desde Aldeas Infantiles SOS llevamos 25 años implementando proyectos de cooperación internacional al desarrollo en Latinoamérica y África, y 14 años contribuyendo a la asistencia en emergencias humanitarias con el objetivo primordial de asegurar la supervivencia y protección de niños, niñas y adolescentes, y de prevenir la separación familiar. En 2023, gracias a 78 proyectos humanitarios en 38 países, pudimos apoyar a más de 1,9 millones de personas, cerca de un millón de ellas niños y niñas. En estos entornos, ofrecemos refugio, alimentos y educación, así como apoyo a largo plazo para mejorar la capacidad de recuperación psicológica y económica de las personas afectadas, especialmente de los niños, niñas y adolescentes que han perdido el cuidado parental. Pero el trabajo humanitario necesita políticas públicas sostenidas y un compromiso institucional real con la infancia.
Con este acto simbólico en el Congreso de los Diputados en el que niños, niñas y representantes sociales caminamos juntos por un futuro sin violencia, como parte de nuestra campaña Pisando Fuerte por la Paz, recordamos que cada huella cuenta y que cada paso hacia una infancia protegida es un paso hacia un mundo mejor.
No hay paz duradera sin infancia protegida. Y una infancia protegida solo es posible con una ley que no se quede en el papel, sino que cobre vida, se haga cumplir y se fortalezca más allá de nuestras fronteras, allí donde también late el derecho de cada niño y niña a crecer en paz.
Pedro Puig es presidente de Aldeas Infantiles SOS España
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