Será recordado el fin de semana del 5 y 6 de julio de 2025 porque los dos principales partidos de España celebraron sus jornadas de esparcimiento y recomposición. Estas ocasiones se desarrollan con un lenguaje que es difícil de entender para los ajenos, en un proceso cognitivo que podría compararse con el del turista de safari que viaja a Kenia, observa a los masái dando brincos en honor al dios Ngai y no entiende nada acerca de esa expresión tan enérgica de fe. El Partido Popular ofreció a los asistentes camisetas con la frase “son las cinco y no he comido” y la palabra “fachosfera”; e incluso invitó a un humorista para hacer las delicias de los asistentes. Todos reían y se conjuraban.

Los masái creen que Ngai es el dios del sol y del amor. Sus sentimientos son exacerbados, como también lo son los de ese grupo de “mujeres de entre 50 y 80 años” -aclaró El País- que este sábado se movilizó para respaldar a Pedro Sánchez, que no es conocido por causar fervor en el África Oriental, pero sí en la España contemporánea. Una de las asistentes a su Congreso de refuerzo había dibujado en un cartón la frase: Pedro, aguanta. Te queremos. Te necesitamos, Pedro. Ni se te ocurra dar un paso atrás porque eres tú o las derechas, que van a arrasar con todos los derechos que ha generado el PSOE durante los últimos años.

Eran más o menos 15 señoras las que formaban parte de ese contingente de admiradoras, aparentemente, inmunes al calor. De sus cánticos se deducían dos cosas: que idolatraban a Pedro y que no habían quedado para ensayar.

El caso aislado

Dentro de la sede social del partido se debatía a esa hora sobre la configuración de sus cuadros después del roto que ha ocasionado en el partido el que Santos Cerdán duerma estos días en Soto del Real; y de que se haya demostrado que algunos de quienes tenían mando en plaza no eran especialmente atentos con el catecismo feminista del partido.

Hace dos semanas, mientras descargaba una tormenta de fuego sobre el partido tras las revelaciones del último informe de la UCO, Sánchez inició su comparecencia con una referencia al respeto escrupuloso de los socialistas por las mujeres y un gesto de repulsa hacia determinados militantes -no los nombró- que habían quedado retratados por la Guardia Civil al hablar de 'ellas' como lo haría un putero. Pudo Sánchez comenzar su intervención con una referencia a las adjudicaciones, las presuntas comisiones o a su ceguera a la hora de elegir a sus secretarios de organización, pero no... Decidió iniciar su discurso con un alegato al feminismo.

El guión de este fin de semana fue redactado de forma similar. El viernes por la tarde, el presidente del Gobierno, visiblemente más delgado y sin chaqueta, se reunía en Ferraz con las mujeres de su partido y de allí salieron mensajes rotundos y determinantes. El más importante es el que afirma que no hay nadie en España que represente mejor los intereses de ellas que el PSOE; y que no hay un partido que rechace más la contratación de prostitutas. No digo en empresas públicas, sino en el terreno de juego natural.

Por esta razón, se elevó una propuesta por la que se pretende expulsar del partido a los militantes que sean cazados en esa actitud. Entiéndase que sin efecto retroactivo, por si alguno, sin mencionar a nadie en concreto, se viera obligado a dar explicaciones por determinadas líneas de negocio de su familia política.

Francisco Salazar

Consagraba así el PSOE su Congreso a la mujer -amén de a la continuidad de su líder-, a la que todo buen socialista que se precie le debe un doble respeto: el ciudadano y el moral. Así lo han demostrado los socialistas tradicionalmente, salvo en casos de ovejas negras que, por fortuna, ya han sido esquiladas y apartadas. Lo que sucede es que esos óvidos son a veces especialmente inoportunos. Es el caso de Francisco Salazar, el último que ha sido señalado.

Esta persona, también cercana a Sánchez, había sido propuesta como adjunta a la Secretaría de Organización y el partido la iba a confirmar como suele suceder en estos casos: por aclamación. Lo que ocurre es que eldiario.es publicó unas horas antes una información en la que se le acusaba de “comportamientos inadecuados” y de “actitudes babosas”. Todo esto hay que tomarlo siempre con cautela, dado que el texto se fundamentaba en testimonios anónimos, pero no incluía referencias a ninguna denuncia formal. Alguna de las mujeres consultadas explicaba que nunca inició un procedimiento documental debido al poder absoluto que ejercía Salazar y a su ascendencia con el presidente.

¿No es curioso esto último? El cuarto pasajero del Peugeot y el líder firme que enviaba a José Luis Ábalos a abroncar a los presidentes autonómicos díscolos... volvió a pecar de ceguera y de mal oído con otra de las personas de su entorno más cercano, a la que ahora había propuesto para ocupar una de las posiciones más relevantes de su partido. Iba a ser nombrado -y no lo fue- en un Congreso en el que, además, a la mujer se le había concedido un papel capital.

Suena extraño todo esto. Es como si Sánchez estuviera afectado por un extraño tipo de estrés que provoca la anulación de sus sentidos y de su juicio cada vez que alguien comete una fechoría a su alrededor

Suena extraño todo esto. Es como si Sánchez estuviera afectado por un extraño tipo de estrés que provoca la anulación de sus sentidos y de su juicio cada vez que alguien comete una fechoría a su alrededor. Podríamos llegar a pensar que en su empeño por crear una España mejor, su conciencia queda fuera de juego cuando intuye la existencia de corrosión a su alrededor. Quien no sabe, no se malea ni aprende picardías que alejan de la virtud. Quizás ésa es la lógica de Pedro. O, al menos, es en la que confían “las señoras de entre 50 y 80 años” que aguardaban ayer detrás de una valla en Ferraz.

Desde fuera, parece ridículo, pero ya se sabe que para entender los ritos de las iglesias, hay que pertenecer a ellas. De lo contrario, siempre parecen sectarios y chiflados.