El presidente ruso, Vladimir Putin, llegó a la India el jueves para una visita de dos días. Rusia y la India mantienen una alianza que ha resistido casi ocho décadas de cambios geopolíticos. Invitado por el primer ministro Narendra Modi, el líder ruso ha participado en la 23ª cumbre anual India-Rusia en Nueva Delhi, en lo que constituye su primera visita al país desde el inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania en 2022. Las dos naciones han reiterado su intención de reforzar su "Asociación Estratégica Especial y Privilegiada", vigente desde 2010, y de debatir temas regionales y globales de interés común, según el Ministerio de Asuntos Exteriores indio. En la antesala del encuentro, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, destacó la importancia de preservar la relación bilateral y el comercio entre India y Rusia.
La imagen del primer ministro indio Narendra Modi tomado de la mano del presidente chino, Xi Jinping, y del presidente ruso Vladimir Putin durante la reciente cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjin posee un fuerte simbolismo político. En los últimos meses, Nueva Delhi ha buscado recomponer sus vínculos con Pekín tras el deterioro provocado por los enfrentamientos fronterizos de 2020, que marcaron un prolongado periodo de tensión entre las dos potencias nucleares asiáticas.
Al mismo tiempo, India ha mantenido su estrecha cooperación energética y militar con Rusia, pese a las críticas de Occidente. La visita de Modi a China coincidió con un momento de fricción con Washington, después de que la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, decidiera incrementar hasta un 50% los aranceles sobre diversos productos indios, lo que añadió presión a las relaciones bilaterales.
Un portavoz del gobierno indio defendió en julio la decisión de Nueva Delhi de continuar con la compra de petróleo ruso. Según explicó, estas importaciones responden a factores de mercado y tienen como objetivo principal garantizar la seguridad energética de los 1.400 millones de habitantes del país. La postura refleja la prioridad del gobierno en asegurar un suministro estable de energía frente a las tensiones internacionales. Como respuesta, Estados Unidos, que representa el mayor destino de las exportaciones indias con un valor de 86.500 millones de dólares en 2024, ha impuesto aranceles sobre ciertos productos.
La imagen de Modi, Putin y Xi Jinping en la reciente cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái posee un fuerte simbolismo político"
Entre los bienes afectados se encuentran artículos como calzado, joyas y textiles, lo que podría impactar a sectores tradicionales de la economía india. No obstante, las exportaciones de mayor valor estratégico, como los productos farmacéuticos y los teléfonos inteligentes, han quedado exentas de estas medidas. Ante esta situación, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la India calificó los aranceles como "injustificados e irrazonables". Además, aseguró que el país adoptará todas las medidas necesarias para proteger sus intereses nacionales y su seguridad económica. Con ello, India busca mantener un equilibrio entre sus necesidades energéticas y la defensa de sus sectores exportadores clave.
Por último, debemos recordar el proyecto del Corredor Chennai-Vladivostok, concebido en 2019 como una apuesta conjunta para reforzar el transporte marítimo entre India y Rusia, se ha convertido desde 2024 en una arteria comercial de primer orden. Por él circulan cargamentos de carbón, crudo, gas natural licuado, fertilizantes, piezas de maquinaria y textiles, en un flujo creciente que evidencia cómo esta vía se ha consolidado como un engranaje esencial en la relación económica entre ambos países. La conexión directa entre el puerto de Chennai, en la costa oriental india, y Vladivostok, en el Lejano Oriente ruso, ha transformado la logística: el tránsito se acorta de unos 40 días a apenas 24. Esta reducción no es un detalle menor, sino un salto cualitativo que se traduce en ahorro de costes y en una mayor competitividad para los exportadores, que ya no dependen de la ruta más larga y congestionada del Canal de Suez.
En conclusión, los vínculos entre Rusia, India y Estados Unidos reflejan un complejo entramado de intereses estratégicos, económicos y geopolíticos. Mientras Nueva Delhi busca asegurar su seguridad energética y ampliar sus rutas comerciales —como demuestra el Corredor Chennai-Vladivostok—, Washington sigue siendo su principal socio exportador y, al mismo tiempo, un actor que presiona con medidas arancelarias. Rusia, por su parte, se consolida como proveedor clave de recursos y como aliado en la diversificación de las cadenas logísticas.
Guillem Pursals es doctorando en Derecho (UAB), máster en Seguridad (UNED) y politólogo (UPF), especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado.
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