En pleno temporal por las declaraciones de Donald Trump sobre la inevitable derrota de Ucrania en la guerra y con el telón de fondo de su hoja de ruta de 28 puntos, Volodimir Zelenski apareció el martes en el balcón de Castel Gandolfo, la residencia del Papa a las afueras de Roma. El papel de la Santa Sede, aunque discreto, ha servido de puente en las negociaciones entre Ucrania y Rusia, como también entre Ucrania y Estados Unidos. Zelenski dijo en X que Ucrania agradecía a la Santa Sede la asistencia humanitaria continua, la disposición a ampliar las misiones humanitarias y el papel en las negociaciones para que se retorne a los niños ucranianos secuestrados por Rusia.

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Pero el papel del pontífice va más allá, ya que León XIV, estadounidense, contestó a la Administración de Trump que no se debe excluir a Europa de las negociaciones entre Ucrania y Rusia para la paz. Considera que no es realista hacerlo. En la comparecencia con periodistas, también afirmó que la Santa Sede sigue ofreciendo su espacio para convertirse en un territorio neutral donde puedan negociar Kiev y Moscú. De momento no se ha aceptado la oferta. El posicionamiento del papa León XIV es claro: es necesaria la paz, pero debe ser una paz justa. En la misma dirección, también señaló que Europa ha de avanzar hacia la unidad. A su juicio, es impensable que no se tenga a Europa en estas conversaciones.

En la nota de prensa de la Santa Sede, esta describe el encuentro entre León XIV y Zelenski como una cordial conversación, que se centró en la guerra en Ucrania. El papa reiteró la necesidad de continuar el diálogo y renovó la esperanza de que las iniciativas diplomáticas en marcha puedan conducir a una paz justa y duradera. Además, añade la nota, no faltó la referencia al tema de los prisioneros de guerra y a la necesidad de asegurar el regreso de los niños ucranianos a sus familias.

Lo importante de la reunión se debe leer en dos sentidos. El primero es el momento actual, cuando EEUU presiona a Zelenski para que acepte el plan negociado con los rusos, y en medio de la tensión entre la Santa Sede y Estados Unidos por el papel de los eclesiásticos católicos contra las políticas de deportación de Trump. El apoyo constante a la dignidad de las personas migrantes, quienes han encontrado en el clero católico de ciudades como Chicago su principal aliado, también ha hecho escalar las tensiones entre León XIV y Trump. Con el apoyo a Zelenski y a Europa, y a los migrantes, León XIV se ha convertido en uno de los principales opositores al presidente de EEUU.

El apoyo papal a la Unión Europea, como también a Ucrania y a la solución de una paz duradera y justa, sin equidistancias, ha sido una manera muy constructiva de centrar el foco de atención en la Iglesia Católica y en la Santa Sede después de dos años. El anterior papa, Francisco, recibió con calidez a Zelenski en 2023, quien definió a Ucrania como martirizada, igual que el pueblo ucraniano. Desde los púlpitos de las basílicas mayores romanas, como también de los de infinidad de iglesias, se han promovido oraciones para Ucrania, como también se ha recaudado ayuda humanitaria.

El Vaticano reforzará la idea de que Europa debe permanecer unida para ayudar a los ucranianos y ofrecer garantías y una paz segura"

Ahora, de nuevo con la visita a Castel Gandolfo, entre la privacidad y lo publicado, podemos entender cuáles serán los próximos pasos en los cuales se centrará la Santa Sede. Por un lado, desde la discreción se ayudará a que retornen los niños ucranianos secuestrados por Rusia. Y por otro, públicamente, se reforzará la idea que Europa debe permanecer unida para ayudar a los ucranianos, y así también consolidarse y poder ofrecer garantías y una paz segura.

Habrá que seguir con atención la relación entre la Santa Sede y Estados Unidos, ya que parece ser que hay interés por parte de algunos sectores cercanos a Trump de remover los viejos espíritus del pasado norteamericano, cuando la derecha evangélica consideraba su enemigo a todo lo relativo al mundo católico y al papa. De momento, el presidente ya ha contestado que el Vaticano también se oponía al muro entre Estados Unidos y México, y allí está construido de manera genial.

Como afirmó en su día San Juan Crisóstomo, vienen muchas olas y fuertes tormentas; pero no tememos ahogarnos porque estamos parados sobre una roca. Y esto parece ser que sigue guiando la diplomacia vaticana, discreta y pública.


Guillem Pursals es doctorando en Derecho (UAB), máster en Seguridad (UNED) y politólogo (UPF), especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado. 

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