El pasado 14 de marzo escuchamos a ETA, por primera vez, pedir perdón. Lo hizo durante el juicio a los acusados de haber asesinado a la que es la última víctima de la banda, el gendarme Jean Serge Nérin. Hoy, casi un mes más tarde, el colectivo de presos que aún cumplen condena en las cárceles españolas y francesas ha dado a conocer que está dispuesto a “reconocer el daño causado”.

Pero lo hace con condiciones. A través del portavoz del denominado ‘Foro Social’, entidades y personas en favor de un “proceso de paz” en Euskadi, Agus Hernán, el colectivo de etarras encarcelados, alrededor de unos 300, ha mostrado su disposición a reconocer el dolor causado e incluso a mantener encuentros con sus víctimas siempre que se produzcan en "un marco adecuado". Un contexto que el colectivo de presos define como de búsqueda "de diálogo y evitar el reproche". Todo ello dentro además de una "hoja de ruta" que incluiría excarcelaciones “en unos plazos razonables” que permita en los próximos años "una sociedad sin presos", ha apuntado Hernán.

Los presos de ETA reclaman un marco 'adecuado' de diálogo y sin reproches y una 'hoja de ruta' hacia su excarcelación

El portavoz del Foro Social ha hecho público hoy el posicionamiento del EPPK tras mantener una reunión en la cárcel de Albolote (Granada) con uno de sus portavoces, Juan Antonio Olarra Guridi, ex jefe militar de ETA. El anuncio llega sólo cinco días antes de que otro movimiento de apoyo a los presos, Sare, reclame este sábado en Bilbao el final de la política de dispersión y alejamiento que se sigue aplicando a los presos de la banda terrorista. A ello se suma el compromiso adquirido hace meses por el EPPK –el colectivo de presos de ETA- de asumir la legalidad penitenciaria vigente para acceder a beneficios penitenciarios y acelerar su salida de prisión. Una promesa que rompía con décadas de control por parte de ETA del ‘frente’ de las cárceles y que obligaba a sus militantes a negarse a cualquier tipo de beneficio carcelario.

Beneficios penitenciarios

Actualmente, según ha dado a conocer hoy Hernán, en cerca de una veintena de prisiones españolas los presos de ETA han pedido algún destino para trabajar en el interior del centro penitenciario y con ello reducir pena, una medida hasta ahora prohibida por la dirección de la organización criminal. En la mayoría de los casos la petición de los reos ha sido aceptada.

Muchos presos han reclamado pasar de primer a segundo grado. Instituciones Penitenciarias se lo niega alegando que ETA no se ha disuelto

Junto a ella, los etarras han comenzado a reclamar de modo mayoritario el cambio de grado penitenciario para pasar del primer al segundo grado, un proceso que requiere un periodo mayor y que en algunos casos ya se ha topado con el rechazo de Instituciones Penitenciarias argumentando que aún son militantes de una organización no disuelta. Precisamente la semana pasada, el Foro Social aseguró que la “desmovilización”, es así como se refirió a la disolución de ETA, podría llegar antes del próximo verano. Ante esta previsión la mayoría ha recurrido las negativas recibidas.

Con su disposición a reconocer el “daño causado” podría darse un nuevo paso en el colectivo de presos de ETA. Un gesto que, según Hernán, la organización terrorista contempla como parte de una “hoja de ruta transversal e inclusiva”. En ella se deberían contemplar un calendario con plazos “razonables” para proceder a la excarcelación de militantes de ETA dentro de unos años “para llegar a una situación de una sociedad sin presos, que convive y está reconciliada”, ha asegurado hoy en declaraciones a Radio Euskadi.