Cuando parecía que el pacto de gobierno para formalizar la investidura empezaba a desbloquearse, la renuncia de Carles Puigdemont ha conseguido el efecto contrario, tensar la relación y reabrir debates que se suponían cerrados. Con su apuesta por la candidatura de Oriol Junqueras a la investidura, asegurando que la propuesta de Jordi Sánchez no había sido pactada, ERC abrió ayer de nuevo la caja de los truenos y dejó claro que el calendario que apuntaba a una investidura la próxima semana era demasiado optimista.

En este contexto la CUP reúne hoy a sus militantes en el consejo político del partido para decidir si apoya o no el pacto de gobierno supuestamente alcanzado por JxCat y ERC con una petición inesperada sobre la mesa: la apelación de Esquerra para que apoye la investidura de Junqueras como símbolo de la restitución del anterior gobierno catalán. La diputada Natalia Sánchez aseguró ayer, sin embargo, que la única propuesta oficializada durante las negociaciones es la de Sánchez y advirtió de que su partido no quiere hablar de nombres sino de un gobierno dispuesto a implementar la república.

Los militantes de la formación antisistema, cuyos cuatro votos serán determinantes para la investidura, debaten hoy un acuerdo según el cual Puigdemont presidirá el Consejo de la República en Bruselas mientras en Cataluña se constituye un gobierno autonómico presidido por Sánchez con un poco definido programa de gobierno. Programa que la CUP ha criticado por su escaso compromiso con el unilateralismo para seguir avanzando hacia la independencia. "No queremos investir a un presidente autonómico, sino implementar un programa republicano" advirtió Natalia Sánchez, para quien la situación de prisión incondicional de Jordi Sánchez no es impedimento.

La dirección de la CUP ha presentado a su militancia tres opciones: votar la investidura o ceder dos votos o votar a JxCat y ERC para garantizar la mayoría absoluta sin cerrar acuerdos programáticos con los partidos de gobierno, simplemente para garantizar la constitución de un gobierno independentista que acabe con la aplicación del 155; apoyar la investidura tras alcanzar acuerdos en base al documento planteado por los partidos mayoritarios del independentismo; o rechazar la propuesta por autonomista y votar en contra de la investidura, lo que abría de nuevo el escenario de elecciones anticipadas.

El PDCat pide calma

Desde el PDCat, que también reúne a su consejo nacional el domingo para oficializar el apoyo a Sánchez y que los negociadores expliquen en qué punto está el pacto con Esquerra, se defiende sin fisuras la candidatura de Jordi Sánchez. Los neoconvergentes ven la propuesta de Junqueras como una nueva maniobra de Esquerra para forzar la negociación de nuevos ámbitos de poder dentro del futuro gobierno y se muestran convencidos de que la candidatura del líder del partido no tiene futuro.

Precisamente esas negociaciones a cara de perro, de las que ha trascendido la batalla por hacerse con el mando de TV3, ha sido la que ha hecho saltar a otro de los actores fundamentales en el mundo independentista, la ANC. La Asamblea emitió ayer un comunicado en el que criticaba la renuncia de Puigdemont, que consideran una cesión ante el Gobierno y censuraba "el espectáculo" ofrecido por los partidos independentistas en las últimas semanas.

De momento, lo que parece claro es que no se cumplirá el calendario que fijaba para el próximo lunes la reunión de la "Asamblea de la República" en Bruselas el próximo lunes para ratificar la designación de Puigdemont como presidente del Consejo de la República, puesto que Esquerra ha convocado reunión de su ejecutiva para esa mañana.