Una cena en un restaurante de lujo puede decir tanto como una prueba de apnea. Pelayo Díaz, Gala Caldirola y Damián Quintero brindaban este lunes en Madrid como quien cierra un círculo. Después de compartir incomodidades, discusiones y hambre en los Cayos Cochinos, los tres exconcursantes de Supervivientes 2025 celebraban en la capital su regreso a la vida real. Lo hacían rodeados de afectos –la mujer del karateka, Casandra Busto, y el exmarido del influencer, Andy McDougall– y lanzando dardos envenenados a quienes no están invitados a la mesa: Montoya, Anita Williams y Carmen Alcayde. "El auténtico trío calavera", escribía Pelayo en Instagram, rescatando el tono irónico que ha marcado su paso por el concurso.

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La final con el "mayor despliegue técnico y humano" de su historia

A pocas horas de la gran final, las trincheras están claras. Álvaro Muñoz Escassi, Borja González, José Carlos Montoya y Anita Williams son los finalistas. Pero más allá del cheque de 200.000 euros que espera al ganador, Supervivientes juega esta noche su carta definitiva: una mezcla de épica técnica, espectáculo televisivo y guerra de personalidades. Según ha anunciado Telecinco, será la final con "el mayor despliegue técnico y humano" de su historia. Un helicóptero traerá a Escassi como último líder inmune, una decisión que deja el primer corte de la gala entre Montoya, Borja y Anita.

Tras más de tres meses de convivencia extrema, los finalistas aterrizaban este lunes de madrugada en Madrid. Ni maxi auriculares ni aislamiento clásico: esta vez, la organización ha optado por el acceso premium del aeropuerto para preservar el misterio sin cortar del todo con la realidad. Con ellos venía Laura Madrueño, que los despedía con una sonrisa antes de que cada uno se refugiara en su hotel. Sudaderas para paliar el choque térmico, botellas de agua mineral para calmar la sed –literal y simbólica–, y la calma tensa del que sabe que todo puede pasar.

La rivalidad entre Pelayo y Montoya continúa fuera de la palapa

Mientras tanto, fuera del foco principal, Pelayo Díaz sigue capitalizando su paso por el reality. Fichaje estrella de TardeAR, el asturiano ha encontrado en la polémica un lenguaje propio. Esta semana, entre confidencias con sus amigos y entrevistas post-isla, no ha dudado en arremeter contra Montoya: "Que se lo lleve para que no llore. Chao". Ni la insinuación de que el concursante soñó con él –"espero que no fuera un sueño erótico, sería una pesadilla seguramente"– ni sus choques con Terelu le han hecho rebajar el tono: "Yo puedo ser amigo del mismísimo diablo".

El pospartido de Supervivientes se jugará también en los platós. "El debate va a dar mucho de sí", anticipa Pelayo, dejando claro que él no piensa callarse. Pero antes, queda la última batalla. Escassi parte como favorito en esta gran final, Montoya como rival más divisivo, Borja como tapado y Anita como la incógnita. Esta noche, el helicóptero descenderá sobre Mediaset. Lo demás lo decidirán la apnea, los votos y el relato que quede en pie.

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