¿Qué ha mandado Cruz a La Promesa? Hasta Lorenzo, que no se despeina por nada ni nadie, está nervioso por ver qué ha enviado a palacio la marquesa de Luján, encarcelada injustamente por el asesinato de Jana. Los encargados de hacer los honores son Curro y Feliciano, ahora lacayo. Sus caras son un poema. Alonso tampoco sale de su asombro. Ya le advierte Petra a María Fernández: el mal está al volver la esquina.

Definitivamente no corren buenos tiempos en palacio (cuándo sí, cabe preguntar a los guionistas de La Promesa). Leocadia (Isabel Serrano) no cesa en su acoso a Manuel (Arturo García Sancho) y le propone hacerse con la totalidad de su empresa. Enora, partidaria de vender, no sabe todavía lo que siente por Toño... y Manuel intenta ponerle remedio. Aunque para mal de amores, el de Adriano y Catalina. El matrimonio no pasa por su mejor momento.

Por su parte, Lope (Enrique Fortún) debe asumir sus nuevas tareas como lacayo tras años protegido en las cocinas. Más tarde o más temprano, el chef se encontrará con la familia de Vera (Ángela Echaniz), cuya implicación en el intento de asesinato de Curro (Xavi Lock) está todavía por esclarecer. Pero entre tanta pesadumbre, Petra (Marga Martínez) y María Fernández (Sara Molina) se han convertido en apoyo la una de la otra. Lo que unió Samuel, no lo separarán ellas. Manuel ayudará a María en dar con el excura.

Avance del capítulo 647 de La Promesa este lunes 4 de agosto

Ballesteros (Fernando Coronado) ordena al servicio de La Promesa la nueva orden del marqués de Luján: no se toca el nuevo retrato de Cruz (Eva Martín). Ni para limpiarlo. Así se lo hace saber el mayordomo jefe a Petra (Marga Martínez). El retrato de Cruz deja desolado a Manuel y reabre su gran herida, el asesinato de Jana (Ana Garcés) a manos de su propia madre. Enora (Sara Font) y Toño (Álvaro Quintana) tendrán que mediar. Lorenzo (Guillermo Serrano) ve en el envío del retrato de Cruz una oportunidad de negocio. ¿Y si lo venden? Catalina (Carmen Asecas) y Martina (Amparo Piñero) quieren quitárselo de encima cuanto antes. Las primas firman la paz momentáneamente; sin embargo, vuelven a tener desavenencias por gestionar las tierras. Ballesteros continúa liderando el servicio con puño de hierro y establece unos turnos para las comidas. El retrato de Cruz inquieta también a Ángela (Marta Costa) después de que Curro le revelara toda la verdad: Cruz es inocente del asesinato de Jana. El asesino está suelto y muy posiblemente viva bajo su mismo techo. El influjo de Cruz es tal que Martina cree verla en movimiento y se desmaya.