La Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha despejado una de las grandes incógnitas del próximo Eurovisión. Ha confirmado en su asamblea de Ginebra que Israel participará en el festival, una decisión muy dividida entre los miembros del organismo: 738 votos a favor, 264 en contra y 120 abstenciones.

La continuidad de Israel en el Eurovisión 2026 desencadena así un escenario de fractura en el festival, ya que varios países habían advertido que abandonarían la edición si no se producía su exclusión. España está entre ellos. RTVE ya había comunicado que no acudiría al certamen y que tampoco emitiría las galas si la UER mantenía a Israel en la competición, una postura reafirmada tras la confirmación de su participación. Países Bajos ha confirmado su marcha minutos después de conocerse la votación, e Irlanda y Eslovenia mantienen la misma posición.

El presidente de RTVE, José Pablo López, ha criticado duramente la resolución de la UER, afirmando en su cuenta de X: "Lo sucedido en la Asamblea de UER confirma que Eurovisión no es un concurso de canciones sino un festival dominado por intereses geopolíticos y fracturado. RTVE se retira de Eurovisión", confirmando la retirada de España del certamen.

La UER ha fijado el 10 de diciembre como fecha límite para que los países confirmen de manera definitiva su participación o su retirada, un plazo que, en teoría, permitiría una rectificación, aunque RTVE insiste en que su decisión es firme. La corporación recuerda que su negativa a participar se debe a la situación en Gaza y a lo que considera "incumplimientos sistemáticos" de Israel de las normas del concurso.

El presidente de la corporación pública, José Pablo López, había explicado que España no podía formar parte del festival si seguía en él Israel por "el genocidio en Gaza" y por lo que considera "incumplimientos sistemáticos" de las normas del concurso. López ha lamentado además la ausencia de sanciones contra Israel en los dos últimos años y ha señalado que la UER solo se ha comprometido por carta a supervisar las injerencias políticas del Gobierno israelí en Eurovisión, unas garantías que considera insuficientes.

La tensión en torno a la presencia de Israel no es nueva: desde el estallido de la guerra en Gaza, sectores de la audiencia y varias emisoras públicas han cuestionado que la UER mantenga su participación cuando en 2022 se expulsó a Rusia tras la invasión de Ucrania. El debate se intensificó el pasado mayo, cuando Israel quedó segundo gracias al televoto y pese a las críticas por su patrocinio comercial y su influencia en el certamen.

La retirada de España tiene además un peso significativo, ya que forma parte del Big Five, el grupo de los mayores financiadores de Eurovisión junto a Francia, Italia, Alemania y Reino Unido. La decisión fue aprobada por el Consejo de Administración de RTVE el 16 de septiembre, y desde entonces la corporación ha mantenido su postura pese a la presión del calendario. De momento, cerca de treinta países han confirmado su presencia en Viena, mientras otros —como Bélgica, Islandia y Finlandia— decidirán tras la reunión final de la UER.

La edición de 2026, que se celebrará en Viena entre el 12 y el 16 de mayo, será la número 70 del festival, un aniversario que coincide con los 70 años de TVE. La ausencia española no afectará al Benidorm Fest, previsto para febrero, aunque su ganador no representará esta vez a España en Eurovisión. El festival, marcado por la polémica, avanzará sin uno de sus participantes históricos y en medio de un clima de división sin precedentes.