Abramos ya la veda: ¿Cuál es la mejor serie española del año? ¿Es, acaso, la mejor serie del año española? La pregunta se las trae. De gustos y colores... Para la revista Time, la mejor serie del año es la estadounidense Dying for Sex (Disney+). ¡Sí! En Rolling Stone dan 15 títulos, pero el orden es alfabético. En Vulture nos hacen un favor y mencionan la italiana Mussolini: Il figlio del secolo. La encontrarán en Movistar Plus+ o SkyShowtime por M - El Hijo del Siglo. De momento, a tres semanas de despedir el año, nos centramos en nuestra ficción seriada. El influjo 'americano' es fuerte e inevitable, pero los españoles hacen –muy– buenas series. Los años 2015 y 2020 son todavía el espejo retrovisor (he ahí El ministerio del tiempo, Vis a vis, Patria, Antidisturbios, Veneno), pero 2025 es muy probablemente el año de las series kamikazes.
Las mejores series de 2025
Empecemos por las disculpas. Servidor no ha visto dos títulos que tenían todas las papeletas para estar en lo más alto: La vida breve y La Ruta. Vol 2: Ibiza. Si la primera se estrenó muy pronto; la segunda, muy tarde. Habrá que ponerle remedio en 2026.
Tampoco hay rastro alguno de la poca pero buena ficción que hacen las televisiones públicas autonómicas. Deberíamos prestar mayor atención a lo que hacen en Galicia (O home perfecto), País Vasco (Desagertuta en Netflix, Zeru Ahoak en RTVE Play), Cataluña (Sense filtres) y sobre todo Islas Baleares (Favàritx en Movistar Plus+).
Sigamos con las que se han quedado a las puertas de lo mejor de 2025: Manual para señoritas, Furia, Animal, La suerte y Silencio (vale, es un mediometraje partido en tres). Ninguna es de La 1, Antena 3 o Telecinco. Dos de ellas tendrán segunda temporada: Furia en HBO y Animal en Netflix. Todo un éxito, pues las plataformas ya no renuevan por caridad o prestigio.
Las series españolas más vistas son las diarias
Y terminemos con una autocrítica: ¿por qué no colocar La Promesa, Valle Salvaje, La Moderna y Sueños de libertad? Es muy atrevido afirmar categóricamente que la telenovela española está viviendo una edad dorada, pero si los Ondas, los Iris, los Feroz y los Forqué tuvieran un mínimo de olfato, el premio del público o de la 'crítica' debería rendirse ante la evidencia: las series españolas más vistas son las diarias. En los dos últimos años, los Emmy internacionales han nominado a cuatro producciones españolas en la categoría de mejor telenovela. Una de ellas, La Promesa, lo ganó. Si los brasileños o los turcos, maestros del melodrama y el culebrón, hacen valerse, ¿por qué nosotros no?
La televisión es compañía. Y los seriales, con su cita diaria, demuestran el valor de este medio.
Vayamos al turrón.
Ena
Tres episodios, la mitad de su primera y única temporada, son suficientes para colocar Ena entre lo mejor, este año, de nuestra ficción seriada. Hay algo de reparación ‘histórica’ en celebrar su éxito en la televisión pública española, pues su creador es Javier Olivares, cofundador de El ministerio del tiempo. Se nota su mano, su humor, en este retrato de nuestro país a principios del siglo XX. Ena, sobre la reina consorte María Eugenia y su matrimonio con Alfonso XIII, se grabó hace dos años y podría –debería– haberse estrenado en 2024. Llegó antes a Finlandia y Portugal que a España. Nunca es tarde si la dicha es buena.
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Superestar
Quien esperara de Superestar una vuelta a Veneno se llevaría un buen chasco. Veneno hay una, la de Los Javis. Lo que hacen Nacho Vigalondo y Claudia Costafreda en Superestar, aparente hagiografía sobre Tamara (la buena), es un salto al vacío que Netflix se puede permitir muy de vez en cuando. Digamos que Dos tumbas paga las facturas. A medida que avanza Superestar, la fantasía y la ciencia ficción se apropian de una historia que, en la obsesión por calcar Veneno, podría haber sido una retahíla, sin ton ni son, de personajes e hitos. He ahí Cristo y Rey, Bosé, Nacho, Camilo Superstar… Por supuesto que hay Veneno en Superestar, pero Vigalondo comparte el porro con nosotros. El sexto y último episodio podría entrar en el canon de Historias para no dormir.
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Yakarta
Si Netflix se permite el lujo de hacer Superestar, la otra serie kamikaze de 2025 es Yakarta, en Movistar Plus+. La plataforma, sagazmente, suele lanzar sus mejores bazas en otoño para así dominar la conversación de cara a los premios. Poquita Fe (temporada 2), El centro, Yakarta, Anatomía de un instante… Un título no tiene nada que ver con el otro, pero les une un ánimo: hacer buena ficción con talento de la casa. Comedia costumbrista surrealista, thriller de espionaje o político, dramón… Su ex jefe de ficción, Domingo Corral, sabía lo que hacía. A estas alturas, no es cuestión de ponerse estupendos: las series son televisión, y su mayor pecado es aburrir al personal. Yakarta es un mal trago, pues sus protagonistas no caen bien, y el trasfondo del asunto es durísimo. Pero nunca se antoja manipuladora. La obra de Diego San José confirma dos evidencias: a él como autor (hace un año firmó Celeste) y que toda premisa, por minúscula que parezca, es buen abono para la mejor ficción.
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Pubertat
Con mayor ambición se presentó Pubertat, en HBO, segunda serie de Leticia Dolera como creadora. La actriz no es tonta y, tras firmar dos temporadas sensacionales de Vida perfecta para Movistar, se pone a sí misma en tela de juicio. Aquí, Dolera interpreta correctamente a una periodista y escritora feminista de férreas convicciones: siempre hay que creer a una víctima de abuso sexual. Pero, ¿y si es tu hijo adolescente, con cara de nunca haber roto un plato, al que acusan de haber cometido este crimen? La cosa cambia, claro. Que Pubertat se haya estrenado el mismo año que Adolescencia, en Netflix, es una mala noticia, y no por eclipsar una a la otra. Ambos títulos, con mayor o menor carga didáctica (he ahí el dedo acusador), son imprescindibles, casting aparte, por lo que cuentan y por cómo lo cuentan. Si la miniserie británica recurre al plano-secuencia, la española tiene un doble episodio, a mitad de temporada, que aclara la noche de autos. Si Adolescencia y Pubertat llaman a nuestra puerta es por su advertencia: ¿qué está pasando con nuestros chavales? Dolera tiene más preguntas que respuestas sobre las masculinidades, pero sí permite un desenlace que invita al optimismo. En nuestras manos está no alimentar más el monstruo.
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A muerte
La muerte de Verónica Echegui es una mierda. Quiso el destino que la actriz dejara una serie póstuma para Netflix (Ciudad de sombras, próximo viernes) y otra recién salida del horno: A muerte. La serie, con Dani de la Orden (Casa en llamas) como creador y Joan Amargós (Ena) como compañero protagonista, se rodó en 2023, pero se estrenó a principios de 2025. Primero en Apple TV; luego en Atresplayer. El título es un estupendo juego de palabras. Si Echegui hace aquí de ‘vivalavirgen’, un hacha de la publicidad que deja mucho que desear como persona; Amargós interpreta a un sosainas, un buenazo, al que diagnostican cáncer y deben operar a corazón abierto. Si él podría morir en cuestión de días, ella está embarazada sin querer. Se conocerán, o reconocerán, en un funeral. Qué mierda que se haya muerto Verónica Echegui.