El diario As se hizo eco hace unos días de una noticia que era más que previsible: versaba sobre la intención del Ejecutivo de gastar más de 50 millones de euros para que Radiotelevisión Española pueda ofrecer los próximos Juegos Olímpicos de verano.

Como todo acontecimiento de alcance internacional, su celebración podría verse hipotecada por el efecto del coronavirus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó hace algo más de una semana al Comité Olímpico Internacional (COI) que no cancelara la cita, pero la incertidumbre y el alarmismo que han surgido como consecuencia de la expansión de este patógeno podrían llegar a condicionar las competiciones deportivas. De hecho, en Tokio se suspendieron hace unos días los ensayos que tenían previsto realizar los voluntarios que colaboran en la organización de las competiciones. Y el miembro más veterano del COI aseguraba hace unas horas que en los próximos tres meses se analizará la situación, por si, llegado al extremo, hubiese que suspender la cita.

En cualquier caso, la decisión que ha tomado el Gobierno –según As- es la de conceder una partida de 55 millones de euros para que la televisión pública española pueda retransmitir el gran acontecimiento deportivo mundial.

El contexto es diferente al de anteriores citas de este tipo, puesto que en esta ocasión el titular de los derechos audiovisuales es el grupo estadounidense Discovery, quien pagó 1.300 millones de euros al Comité Olímpico Internacional por las citas invernales y estivales de Pyongyang 2018, Tokio 2020, Pekín 2022 y París 2024.

Hay que tener en cuenta que Discovery cuenta con un canal deportivo en España, como es Eurosport, que se emite en las plataformas de pago. También dispone de una cadena en abierto gracias al acuerdo que tiene con el dueño de la licencia, Unidad Editorial.

Discovery cuenta con un canal deportivo en España, como es Eurosport, que se emite en las plataformas de pago. También dispone de una cadena en abierto gracias al acuerdo que tiene con el dueño de la licencia, Unidad Editorial

Opera bajo la marca de DMax y, aunque sus contenidos normalmente no son deportivos, en varias ocasiones ha utilizado esta plataforma para ofrecer en abierto competiciones como, por ejemplo, las finales de los Grand Slam de tenis.

Teniendo en cuenta este factor, cuesta explicarse el motivo por el que el Gobierno tomará la decisión de pasar por caja y abonar más de 50 millones de euros a Discovery, dado que los españoles podrían ver a través de DMax las 200 horas de competiciones que está previsto emitir en abierto si las competiciones no se ofrecieran en RTVE.

Desde RTVE inciden en que, oficialmente, desde el Ejecutivo no se les ha trasladado ningún mensaje con respecto a la cobertura de los Juegos Olímpicos, si bien recuerdan que el Gobierno, cuando estaba en funciones, ya anunció su intención de dedicar una partida presupuestaria para este fin y que, por tanto, esperan que tarde o temprano llegue a la corporación.

También son conscientes de que durante el medio mes de competiciones, emitirán alrededor de dos centenares de horas de programación.

Mismo precio, menos horas

La inversión que requerirá la adquisición de los derechos audiovisuales no será menor que en anteriores citas, sin embargo, sí lo será el número de horas de competición disponibles, que en anteriores eventos de este tipo, OBS –la compañía que vendía los derechos- ascendía a varios miles (hasta 8.000) por el mismo precio.

En esta ocasión, la totalidad de las competiciones sólo se verá en las plataformas que habilite Discovery –televisivas y en internet-. Lo que está en venta son, en principio, las 200 horas en abierto, que tendrán un precio de más de 3 millones de euros diarios.

Consultadas el pasado noviembre, las fuentes oficiales de Discovery España se negaron a ofrecer ningún detalle sobre el estado de las conversaciones, aunque se mostraron seguras de que cumplirán con los compromisos adquiridos con los organizadores de los JJOO. “Podemos garantizar que se van a transmitir 200 horas en abierto porque tenemos un compromiso con el Comité Olímpico, pero de momento no tenemos nada más que añadir”, afirmaron. Contactadas este lunes, han declinado abundar en más comentarios al respecto.

Pase lo que pase, RTVE llegó hace meses a un acuerdo con OBS para colaborar en la producción de algunas de las pruebas de los Juegos Olímpicos, que se espera que sean el ciclismo en pista y la natación en aguas abiertas. Fuentes internas inciden en que la previsión es destinar a un equipo de alrededor de medio centenar de personas para tal fin.

Pocos deporte

No hay que olvidar que la política que ha seguido RTVE durante los últimos años ha sido la de renunciar a los derechos deportivos de la gran mayoría de las principales competiciones. Entre otras cosas, por lo que se han encarecido como consecuencia de la cada vez mayor competencia que existe en el sector, tanto de los operadores tradicionales (Mediaset) como de los de pago (Movistar) como de las OTTs (DAZN).

Eso ha alejado de sus canales desde los mundiales y europeos de fútbol hasta varias de las grandes competiciones de tenis y los deportes de motor. La decisión de comprar los Juegos Olímpicos, por parte del Gobierno, rompería con esa dinámica, por lo que se entiende que sería más política que empresarial.

Ahora bien, no ayudaría especialmente a que RTVE se recuperara de su grave crisis de audiencia, dado que las grandes competiciones deportivas tendrán lugar por la mañana. Y dado que la duración de Tokio 2020 -que Madrid aspiró sin éxito a organizar- será de 17 días.

Hay que tener en cuenta que al precio de los derechos audiovisuales de los Juegos Olímpicos hay que sumar el de la cobertura de las actividades deportivas. A Río de Janeiro se desplazaron 129 personas, con un coste que entonces se calculó en aproximadamente 4,5 millones de euros.

Las grandes competiciones deportivas tendrán lugar por la mañana, es decir, el horario menos interesante para las televisiones

A esto se sumó el desplazamiento de 6 directivos. Su traslado costó 11.400 euros, lo que representó un desembolso de entre 1.800 y 2.000 euros por cada billete de avión. A este importe hay que sumar otro de aproximadamente 3.000 euros para cubrir los traslados en taxi o transporte público de los directivos. La partida más elevada fue la del alojamiento, cuyo costo rondó los 48.300 euros, a razón de 300 euros por cada noche de hotel, según reveló entonces Dircomfidencial.

En este caso, dada la mayor distancia con Tokio y el mayor coste de la vida en el país nipón, a buen seguro que los costes por persona serían mayores.

Por todos estos factores, llama la atención que RTVE no haya sido capaz de negociar un precio más reducido por la emisión de este acontecimiento. Desde luego, el deporte es importante, pero, si se paga con dinero público, ¿es necesario comprarlo a cualquier precio?

El diario As se hizo eco hace unos días de una noticia que era más que previsible: versaba sobre la intención del Ejecutivo de gastar más de 50 millones de euros para que Radiotelevisión Española pueda ofrecer los próximos Juegos Olímpicos de verano.

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