El Papa fue fotografiado con mascarilla por primera vez en el coche utilitario que le llevó hasta el patio de San Dámaso, que accede al Palacio Apostólico, si bien optó por retirarla justo antes de comenzar la audiencia general de este miércoles, la segunda con presencia de fieles desde que comenzó la pandemia de coronavirus.
Francisco ha guardado en todo momento las distancias de seguridad con los cerca de 500 peregrinos que le estaban esperando para escuchar su catequesis. De hecho, el Papa ha evitado en todo momento estrechar la mano o tocar a los presentes. Tampoco besó a ningún niño, un gesto que solía hacer antes de impartirles la bendición cuando celebraba la audiencia general en la plaza de San Pedro.
Antes de comenzar con su catequesis, el pontífice ha instado a los fieles a ocupar sus asientos --que están debidamente separados unos de otros-- para "evitar más contagios".
Francisco retomó las audiencias en presencia de fieles hace dos semanas. Además de reservar el billete, las personas que asisten a la catequesis del Papa deben respetar entre estrictas medidas de seguridad: toma de temperaturas, hidrogel, mascarillas y distanciamiento social.
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