La Policía Nacional ha detenido en Valladolid a cinco miembros de una organización criminal radicada en Madrid. Investiga a otras cinco personas por delitos de estafa, blanqueo y fraude bancario. Captaban "mulas bancarias" para conseguir que las víctimas aportaran sus datos personales mediante mensajes de texto y llamadas de supuestos agentes bancarios.

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Se trata de una estafa en la modalidad "smishing-vishing", según ha detallado la Policía Nacional en un comunicado. Explica que la investigación arrancó hace un año tras una denuncia en la comisaría de Valladolid-Delicias. La víctima indicó que tenía siete transferencias desde su cuenta, las cuales no reconocía como suyas, por más de 8.000 euros.

La investigación, encabezada por el Grupo de Ciberdelincuencia de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Valladolid, determinó distintos escalones de la organización delictiva. El escalón más bajo está compuesto por las llamadas “mulas bancarias”. Un escalón superior está compuesto por los “captadores de las mulas”, todos ellos residentes en la Comunidad de Madrid.

La Policía ha destacado cómo en cuestión de segundos se mueve el dinero estafado. Se intenta distraer y dificultar su trazabilidad con el último fin de monetizarlo. Utilizan cajeros, comercios y distintas personas en diferentes municipios de la Comunidad de Madrid.

Tras conseguir identificar a todos los integrantes de la organización criminal, el grupo de investigación de Ciberdelincuencia de Valladolid colaboró con la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid. Detuvieron a cinco “captadores de mulas bancarias” a los que se les atribuyen los delitos de estafa, fraude bancario, blanqueo de capitales, falsificación y usurpación de identidad.

Además se ha identificado a cinco “mulas bancarias” a los que se les atribuyen delitos de estafa, fraude bancario y blanqueo de capitales.

Con la entrada en juego en un primer momento de la técnica del “smishing”, los estafadores consiguen tener acceso a las posiciones de los activos bancarios de la víctima. Aunque no pueden operar, comienzan a disponer de información privilegiada porque se les ha facilitado el usuario y clave. Esto ocurre cuando la víctima se registra en la web que ellos controlan.

Entonces entra en juego el “vishing”. Los estafadores, con las posiciones bancarias de la víctima “a la vista” mediante llamada de teléfono, tratan, y en muchos casos consiguen, que autorice operaciones. Estas operaciones y/o transacciones necesitan del doble canal de autentificación que la víctima valida.

La policía ha aconsejado desconfiar de llamadas urgentes del banco, sobre todo si ocurren en horas intempestivas. Recuerda que los bancos no precisan de tu interacción para bloquear una operación fraudulenta y/o maliciosa.

También pide que se verifiquen los remitentes de SMS o de los correos electrónicos. En todo caso, se debe acceder única, exclusiva y directamente a través de la página oficial que tengamos guardada y/o descargada de forma oficial y segura en nuestro dispositivo. Se debe evitar utilizar los links de enlaces a web.

Bajo ningún concepto hay que acceder a la banca online a través de links, línea telefónica u otro medio de comunicación digital de dudosa procedencia. Esto aplica también si infunde la más mínima sospecha.

Tampoco hay que facilitar datos de carácter personal, datos bancarios, números de la tarjeta bancaria y/o clave de seguridad. Estos datos son enviados por el banco mediante un mensaje de texto para confirmar una compra o una transferencia que no es a iniciativa única y exclusivamente nuestra. 

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