La Policía Nacional desarticuló una estructura de adoctrinamiento yihadista tras detener a dos hermanas de 19 y 21 años en Alcorcón (Madrid), quienes operaban una plataforma virtual disfrazada de academia religiosa para radicalizar a mujeres musulmanas. 

Según informa Europa Press, las arrestadas, de nacionalidad española y sin antecedentes penales, utilizaban redes sociales como Telegram, TikTok e Instagram para distribuir material propagandístico del Estado Islámico (DAESH), infiltrando contenidos violentos entre lecciones de islam.

La investigación, iniciada en 2024 tras detectar perfiles digitales sospechosos, reveló que las hermanas gestionaban grupos con hasta 1.000 miembros, donde combinaban enseñanzas religiosas con textos de líderes terroristas. 

Una de las detenidas llegó a justificar el ataque a seis mujeres en el metro de Barcelona en febrero de 2025, utilizando el suceso para promover la violencia contra "occidentales infieles". Su estrategia incluía medidas de seguridad digital avanzadas, como el uso de navegación anónima y la eliminación periódica de conversaciones, para evadir la vigilancia policial.

Durante el registro de su domicilio, se incautaron dispositivos electrónicos y una biblioteca con manuales de DAESH, evidenciando su vinculación con repositorios terroristas. 

La Audiencia Nacional decretó el ingreso en prisión de la hermana mayor, considerada líder de la operación, mientras la menor quedó en libertad con medidas cautelares. Este caso se enmarca en un preocupante aumento de la radicalización juvenil en España, donde el 40% de los detenidos por yihadismo en 2024 eran menores de 25 años.

Expertos señalan que la captación de mujeres mediante plataformas online representa un giro en las tácticas terroristas, aprovechando espacios digitales para normalizar la violencia bajo pretextos religiosos. 

La operación, coordinada por la Comisaría General de Información, subraya la necesidad de reforzar la cibervigilancia en aplicaciones como Telegram, históricamente usadas por grupos extremistas. Las autoridades insisten en mantener la alerta ante estas estructuras clandestinas, que transforman entornos virtuales en aulas de terrorismo.