Sevilla y Betis relanzaron el campeonato de Liga de primera división este jueves con el derbi hispalense, que se quedó en victoria local por dos goles a cero. Un triunfo celebrado por sus jugadores, que desoyeron todas las recomendaciones de distancia social y se abrazaron en los goles, se besaron y se arrancaron las mascarillas para celebrar la victoria tras el pitido final con una performance frente a una grada vacía.

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El protocolo diseñado para la vuelta del fútbol quedó en evidencia en varias ocasiones. Mientras los futbolistas sobre el campo se abrazaban tras anotar un gol, los suplentes celebraban en la grada con varios metros de distancia y con las mascarillas puestas. Son cada vez más las voces que se preguntan qué sentido tiene, más allá de la ejemplaridad, recomendar medidas de distanciamiento social en un deporte de contacto cuyos participantes pasan test periódicos para asegurar su estado de salud.

Las gradas estaban vacías, pero no se evitó que el público se concentrase a las puertas del estadio para recibir al equipo. También hubo abrazos de gol en los bares. El fútbol ha vuelto, con más pasión que protocolos.

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Los hinchas cambiaron las gradas por los bares, pero los goles se festejaron con rabia contenida. Se escapó algún abrazo, como el que se ve en la imagen en un local sevillista. | EFE

Aficionados del Sevilla celebran un gol de su equipo en un bar

Los hinchas cambiaron las gradas por los bares, pero los goles se festejaron con rabia contenida. Se escapó algún abrazo, como el que se ve en la imagen en un local sevillista.

Aficionados del Betis ven el partido en un bar. | EFE

Aficionados del Betis ven el partido en un bar.

La hinchada 'visitante' no tuvo motivos para celebrar, pero también se unió en sus peñas para seguir el encuentro. 

Los jugadores del Sevilla celebran su victoria. | EFE

Público fantasma

Tras el partido, los jugadores del Sevilla festejaron la victoria fingiendo dirigirse al inexistente público.

Los jugadores del Sevilla festejan un gol en el derbi contra el Betis. | EFE

Abrazo de gol

Las imágenes de celebraciones a distancia que se han popularizado en Alemania se esfumaron en Sevilla. Los goles locales desataron el júbilo en el equipo, que se fundió en abrazos, besos y gritos cara a cara. Poca distancia social.

Los futbolistas del Sevilla festejan un gol ante un Sánchez Pizjuán vacío. | EFE

Piña

Los abrazos no están prohibidos, pero sí desaconsejados. Pese a que el contacto durante el partido es continuo entre los futbolistas.

Los suplentes del Betis, separados por varios metros en la grada. | EFE

Banquillos en la grada

La hipocresía del protocolo, sin embargo, sí exige separación en los banquillos, que ya no son banquillos sino asientos en la grada. Los jugadores deben llevar mascarilla aquí, pero no en el campo. Una medida ejemplarizante, que no se puede cumplir en el campo y después se olvida en el vestuario.

Aficionados del Sevilla reciben al autobús del equipo a las afueras del estadio. | EFE

Recibimiento

Como en el Valencia-Atalanta disputado antes del estado de alarma, también a puerta cerrada, algunos aficionados del Sevilla se agolparon en las inmediaciones del estadio para hacer la previa y recibir al autobús del equipo.