El único atraco glamuroso que presentó a la moda como una víctima fue el protagonizado por Audrey Hepburn en Cómo robar un millón, una película dirigida por William Wyler en la que el vestuario diseñado por Givenchy hacía brillar a la actriz y babear a aquellas que lo veían desde la pequeña o gran pantalla. La realidad ha conseguido imitar a la ficción y la protagonista del filme, en este caso, ha sido Ágatha Ruiz de la Prada.

Horas después de que la atípica edición de la Mercedes Benz Fashion Week cerrara su telón, la diseñadora más vivaz de la moda española ha declarado en sus redes sociales que su colección de otoño/invierno de la próxima temporada no había llegado a su tienda situada en la calle Serrano de Madrid. El furgón que contenía las piezas había sido atracado y la ropa no ha podido presentarse siquiera en el comercio de la calle más lujosa de la capital.

El varapalo ha sido considerable, pues tras la pandemia y el cierre obligatorio de toda la actividad comercial, Ágatha Ruiz de la Prada se enfrenta ahora a otra situación complicada e inesperada. «Estoy desolada», ha publicado en su cuenta de Instagram. La diseñadora ha aprovechado, además, para hacer un llamamiento en redes y evitar así que sus piezas se compren en mercados no oficiales. Con un 'SOS' dibujado con un gran corazón, Ágatha ha pedido la difusión del mensaje.

El jueves pasado, la diseñadora madrileña presentó su nueva colección en la Mercedes Benz Fashion Week y volvió a demostrar su capacidad de expresión a través del color y de figuras que marcan su trayectoria en la moda, como los corazones, las flores o las nubes. El desfile contó con la presencia de figuras como la presentadora Cristina Pedroche o Eugenia Martínez de Irujo.