"¿No veis cómo los barre la metralla?... Mirad aquellas mujeres que con sus brazos despedazados empujan uno de nuestros cañones". Así narraba Benito Pérez Galdós el levantamiento del 2 de mayo en Episodios Nacionales.

Las calles madrileñas se llenaron la mañana del 2 de mayo de 1808 de multitudes que pedían a gritos armas para enfrentarse a las tropas francesas por su cuenta. Este motín popular fue uno de los sucesos más importantes para la ciudad de Madrid y en la Historia de España al ser el evento que dio comienzo a la Guerra de la Independencia.

Se dice que fueron más de 200 personas, entre soldados y paisanos de todos los oficios, los que apuntaron los cañones contra los franceses en el Parque de la Artillería de Monteleón. Entre el sonido de la metralla, unas voces resonaron con fuerza entre la muchedumbre: las mujeres, valientes, también salieron a las calles a defender el Parque y expulsar a las tropas extranjeras.

La invasión de Napoleón hizo crecer el descontento entre la población de forma unánime, por lo que las mujeres jugaron un papel esencial en la defensa armada de las ciudades. En el desarrollo de la guerra, las mujeres se dedicaron al espionaje, la propaganda, el abastecimiento y al combate contra los enemigos en primera línea de batalla.

Según el Archivo Municipal de Madrid, 59 mujeres murieron en el levantamiento del 2 de mayo. Entre ellas, resuenan nombres como el de la joven Manuela Malasaña y Clara del Rey, la que es considerada como la verdadera heroína del 2 de mayo.

Clara del Rey ha permanecido en el olvido por mucho tiempo y ha estado eclipsada por otros héroes del levantamiento como Daoiz y Velarde. Sin embargo, es considerada como una heroína madrileña por su feroz participación en el levantamiento junto con su marido e sus hijos.

La vida de Clara del Rey: su matrimonio e hijos

Aunque poco se conoce de la vida de Clara, se sabe que nació en 1765 en la localidad vallisoletana de Villalón de Campos. Fue hija de Manuel del Rey y Teresa Campos y a los 20 años se casó con Manuel González Blanco, mudándose con él a Madrid a principios del siglo XIX. Escogieron una pequeña residencia en el número 11 de la calle San Miguel y San José, a pocos metros de distancia del cuartel de Monteleón.

En su matrimonio tuvo tres hijos, el primero de ellos, Juan, tenía 19 años cuando se desencadenó el motín. Sus hermanos Ceferino y Estanislao, de 17 y 15 años por aquel entonces, participaron junto a su madre y a su padre en el levantamiento.

Las tropas francesas habían ocupado la península desde octubre de 1807 y la capital se convirtió en un caldo de cultivo de inconformidad. Los madrileños se sentían vigilados y amenazados y la marcha del rey Fernando VII a Burgos para recibir a Napoleón no mejoraba la situación.

¿Qué pasó el 2 de mayo?

La mañana del 2 de mayo, la chispa que había estado encendida durante meses se convirtió en incendio con la noticia de que los franceses habían intentado llevarse al infante don Francisco de Paula, el único miembro de la familia real que allí permanecía. La población respondió furiosa enfrentándose a los franceses a las puertas del Palacio Real al grito de "traición, muerte a los franceses y viva Fernando VII".

Clara del Rey, al enterarse de estas nuevas gracias a sus vecinas, salió corriendo en busca de su marido e hijos. La calle Toledo y la Plaza Mayor se convirtieron en auténticos escenarios de lucha.

Levantamiento del 2 de mayo 1808. Lucha en la Puerta del Sol. Autores Alejandro Blanco y Assensio-José Ribelles y Helip.

Las calles se llenaron de batallas campales, los vecinos tiraban agua hirviendo y piedras a los franceses desde sus balcones y la gente arremetía con palos, cuchillos y sables. Muchos de ellos se encaminaron hacia el Parque de la Artillería para pedir armas, y al escuchar de otra vecina que su familia se dirigía hacia allí, Clara no lo dudó ni un segundo.

Las tropas españolas seguían órdenes directas del Ministro de Guerra de no enfrentarse a los franceses. Sin embargo, los capitanes Daoiz y Velarde expulsaron a la guarnición francesa que había llegado hasta el cuartel de Monteleón y abrieron las puertas a toda la población que se acumulaba en las puertas del Parque. Allí Clara se encontró con su familia a la vez que el ruido de los cañones comenzó a retumbar en el barrio de las Maravillas: la batalla había empezado.

Una feroz lucha

"Otra cosa, Arango. Procure sacar a esas mujeres de ahí antes de que lleguen los franceses... Éste no es sitio para ellas. -Ya lo he intentado, mi capitán. Y se ríen en mi cara". Arturo Pérez Reverte relataba en Un día de cólera la lucha de los madrileños contra los franceses y el destacado papel de las mujeres. Atendiendo a los enfermos, apuntando los cañones o empuñando armas, muchas de ellas se sumergieron la feroz lucha sin pensárselo dos veces.

Clara del Rey no hizo caso de las reprimendas de su marido e hijos de salir del lugar y ponerse a salvo, y hombro con hombro defendieron el Parque de la Artillería. Ayudando a fusileros y artilleros, Clara participó en la lucha popular con valentía hasta que una bala de cañón estalló cerca de ella y la metralla le golpeó en la cabeza, causándole al momento una herida mortal.

La muerte de Clara también fue mencionada por Galdós en Episodios Nacionales: "La heroica mujer calló de improviso, porque la otra maja que cerca de ella estaba, cayó tan violentamente herida por un casco de metralla, que de su despedazada cabeza saltaron salpicándonos repugnantes pedazos."

Poco después, también murieron el marido de Clara y uno de sus jóvenes hijos. Para el mediodía el Parque era un reguero de cadáveres de civiles y de mujeres que iban a recoger a sus caídos, entre los que se encontraban los cuerpos de los héroes que habían fallecido en la batalla. A pesar de que después del levantamiento se prohibieron las reuniones vecinales, se celebraron los funerales de los héroes y los de todos aquellos que fueron fusilados por haber participado en la insurrección.

Fusilamientos del 3 Mayo. Francisco de Goya

El recuerdo de una heroína

Clara fue enterrada en el antiguo cementerio de la Buena Dicha, en el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción y Buena Dicha, ubicado entre las calles Libreros y Silva. Los dos edificios fueron derribados a finales del siglo XIX y se construyó la Iglesia de la Buena Dicha, en cuya fachada se encuentra una placa conmemorativa en su honor.

Cuando el ejército napoleónico fue derrotado, Fernando VII concedió a los parientes de las víctimas del levantamiento una medalla de honor en memoria del sacrificio de los héroes. Los familiares también obtuvieron una pensión que fue reclamada por uno de los hijos de Clara del Rey.

Aniceto Marinas, Clara del Rey muerta bajo el cañón en un grupo escultórico de homenaje. La Ilustración española y americana. 30/4/1908

Son muchos los autores que han representado la figura heroica de Clara. Se cree que la figura femenina que aparece al pie de un cañón en la pintura de Joaquín Sorolla es ella, y el artista Aniceto Marinas la esculpió muerta bajo el cañón en un grupo escultórico de homenaje.

La historia de Clara se perdió durante muchos años entre héroes y cañones. Su figura ha sido reivindicada como madre mártir y símbolo de la maternidad luchadora, y, sobre todo, como la verdadera heroína del levantamiento del 2 de mayo.

Busto de Clara del Rey

En la ciudad de Madrid se esconden pequeños rincones dedicados a Clara. Cuenta con su propio centro educativo, el Instituto Clara del Rey, en el barrio de Chamartín. En el año 2023 se inauguró un busto dedicado a su figura en la Plaza de las Comendadoras de Madrid, obra del autor César Orrico, y en el año 2002 su ciudad natal le dedicó un monolito que se encuentra actualmente en la calle Clara del Rey en el barrio de Prosperidad. En su inscripción yace la memoria de la heroína: “A Clara del Rey Heroína del 2 de Mayo de 1808 su pueblo natal de Villalón de Campos le dedica este recuerdo”.