En Los Ángeles (California), existe un selecto grupo dentro del selecto grupo que es, a su vez, Hollywood: aquellos que tienen su nombre estampado en una estrella en el pavimento del Paseo de la Fama. Durante la madrugada del pasado jueves, la Cámara de Comercio del célebre barrio de Los Ángeles ha dado a conocer quienes serán los 35 afortunados que gozarán el próximo año de la dicha de este ritual.

Miley Cyrus, Demi Moore o Timothée Chalamet son algunos de los nombres que quedarán inmortalizados en el icónico bulevar hollywoodiense en 2026. Pero, ¿por qué ellos? ¿Qué tienen Cyrus, Moore o Chalamet, que no tenga, por ejemplo, Margot Robbie (Barbie)? ¿U Oprah Winfrey? Ni la una ni la otra cuentan con una estrella en el Paseo de la Fama, ni tampoco lo harán durante el próximo año. ¿Por qué? Al final, como con todo, no es una cuestión de honor o de renombre (aunque ayuda el ser conocido, claro), sino de dinero.

El casting de las estrellas

La Cámara de Comercio de Hollywood recibe, aproximadamente, unas doscientas solicitudes anuales para que el nombre de algún famoso merezca el reconocimiento de una estrella en el Paseo. Ahora bien, estas nominaciones no las presentan los famosos, sino su entorno: representantes, discográficas, estudios de cine, o incluso sus fans acérrimos.

Hacerlo es fácil: sólo hay que enviar una foto y biografía del nominado, sus cualificaciones y una lista de sus contribuciones a la comunidad de la categoría que represente (son seis: cine, televisión, radio, música, teatro y entretenimiento deportivo). Pero, ojo, la cuota de solicitud es de 275 dólares.

Tras estudiar todas las solicitudes, un comité especializado formado por miembros del Paseo de la Fama con experiencia en el campo escoge entre 30 y 40, poco más de una décima parte del total recibido. Lo hacen bajo unos requisitos concretos: los logros profesionales de la celebrity de turno, un mínimo de 5 años trabajados en la categoría que represente (cine, televisión, música, radio y teatro) y la garantía de que asistirá a la ceremonia de entrega. Sin famoso, no hay cámaras. Y sin cámaras, no hay estrella que valga. Hay contadas excepciones –si el galardonado ha fallecido, por ejemplo, la nominación póstuma se producirá, como mínimo, dos años después de su muerte–, pero el corazón de la ceremonia no es otro que la publicidad.

Estrellas por encargo

Miley ha sacado disco, Chalamet es uno de los rostros principales del Hollywood actual y Moore ha vuelto al ojo público tras su papelón en La sustancia. Otros que recibirán la estrella el próximo año tienen un estreno pendiente: Rachel McAdams (Chicas malas) protagonizará la nueva película de Sam Raimi, Sarah Michelle Gellar (Buffy, cazavampiros) aparecerá en la secuela de Noche de bodas (2019), y tanto Emily Blunt como Stanley Tucci repetirán estrellato en El diablo viste de Prada 2.

Pero, ojo, la celebrity ha de aceptar el honor. Sin su beneplácito, no hay estrella que valga. El coste de la ceremonia, 85.000 dólares, lo desembolsará la compañía detrás de la película a estrenar o el disco a publicar. El famoso no paga nada. Disney abonó el coste de la estrella de Gal Gadot que, convenientemente, se otorgó previa al estreno de Blancanieves, pero también la de Penélope Cruz, tras su debut en la cuarta entrega de Piratas del Caribe. Mientras, Britney Spears recibió su estrella un día antes de lanzar su cuarto álbum de estudio, y Sofia Vergara cuando estrenó su primer protagonista en el cine. Al final, lo del Paseo de la Fama es puro marketing.

En la actualidad, hay más de 2.700 estrellas en el Paseo de la Fama, colocadas estratégicamente: las cercanas al reconocido Grauman's Chinese Theatre están reservadas a la "realeza del mundo del espectáculo" (Mickey Mouse, Bruce Willis, Michael Jackson), mientras que las de los miembros de Los Beatles, por ejemplo, pueden verse en Vine Street, frente al edificio del sello musical Capitol Records.

Otros que recibirán el galardón el próximo año son Deepika Padukone, que hará historia al ser la primera actriz de Bollywood en conseguirlo, el chef televisivo Gordon Ramsay (el Alberto Chicote estadounidense), o la leyenda del baloncesto Shaquille O'Neal.