Durante el verano el aire acondicionado se convierte en el aliado para poder mantener los espacios interiores frescos y confortables. Sin embargo para que este sistema funcione correctamente y sin interrupciones, es necesario un mantenimiento básico pero esencial que no es otro que la limpieza de los filtros. Esta práctica no solo ayuda a mejorar la eficiencia del aparato, sino que también asegura mantener un aire más puro y más saludable en el hogar o en la oficina.

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El mantenimiento del aire acondicionado

Rendimiento eficiente y menor gasto energético

El filtro presenta ciertas características que actúan como una barreara para el polvo, polen, moho y otros contaminantes del aire. En el caso de estar limpio, permite que el aire circule con fluidez y como consecuencia de ello el esfuerzo del compresor, y así el consumo energético se reducirá. Si el sistema se encuentra libre de obstrucciones, el aparato alcanzará la temperatura deseada de manera más rápida y sin sobrecargas.

Una mayor duración del equipo

Un filtro demasiado saturado llevará al sistema a tener que trabajar de una forma aún más intensa. Esta sobreexigencia interminable dará lugar a un desgaste prematuro de los componentes internos de un aire acondicionado, lo que reduciría su vida útil. Por el contrario una limpieza frecuente prolongará el buen uso del aire acondicionado y reducirá el riesgo de que aparezcan averías costosas.

Problemas de los filtros del aire acondicionado

Peligros para la salud en el interior del hogar

Si los filtros están sucios actuaran como un almacén de bacterias, hongos y polvo. Si éstos no se eliminan correctamente, todos estos contaminantes se esparcirán por la casa, lo que puede desembocar en problemas para la salud respiratoria, sobre todo en las personas alérgicas o asmáticas. De igual forma, la acumulación de moho en climas húmedos puede provocar olores y ambientes indeseables.

Reducción del confort térmico

Un filtro obstruido limita la cantidad de aire frío y, en consecuencia, produce la sensación de que la máquina no enfría lo suficiente. Algo que además de influir en la vivencia de los usuarios, se traduce en un aumento del gasto eléctrico, pues hace que el aparato trabaje más tiempo del necesario. El rendimiento disminuye, la factura se encarece y se reduce el confort.

Limpieza de filtros del aire acondicionado

Desmontaje y limpieza inicial sin productos agresivos

Para limpiar los filtros correctamente, lo primero es desenchufar el aparato. El segundo paso consiste en retirar la tapa del aparato, que normalmente suele ser de plástico y que permite el acceso a los filtros. Estos se retiran atentamente, intentando no forzar el material y comprobando por último que no hay desperfectos visibles. Con un cepillo de cerdas suaves o con una aspiradora de baja potencia se retira el polvo más superficial.

Lavado con agua para la limpieza profunda

El tercer paso consiste en limpiar los filtros directamente con el grifo, bien con agua fría o templada. En este caso no es necesario utilizar lejía, jabón o detergentes. El agua es preferible aplicarla con una esponja o con las manos, suficiente para eliminar las suciedades acumuladas. Una vez limpios deberán dejarse secar al aire libre, pero no a la luz solar directa, antes de ponerlos en su lugar. Es un método muy sencillo sin residuos químicos, responsable con la estructura del filtro y mejora la calidad del aire que circula por el ambiente.

Limpiar los filtros cada dos o tres semanas en verano es garantía para el correcto funcionamiento del aire acondicionado y alarga la vida del aparato y evita riesgos para la salud. Para los usuarios es un gesto de escasa dedicación pero es un gesto al mismo tiempo poderoso para el bienestar del día a día.

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