Con la llegada de las altas temperaturas mantener un ambiente fresco y saludable dentro de casa puede ser un auténtico reto. Las plantas de interior suponen una respuesta natural que además de embellecer el entorno, ayudan a purificar el aire y a mejorar la calidad térmica en verano por medio de sus procesos biológicos como la fotosíntesis, por lo que contribuyen a regular la humedad y a proporcionar espacios más confortables y agradables. Colocarlas en casa puede ayudar a contrarrestar las altas temperaturas sin necesidad de recurrir al aire acondicionado o ventiladores.

Plantas de interior para el verano

El helecho espada y el helecho de Boston se encuentran entre las especies más apropiadas para mejorar la carga atmosférica. Su elevado grado de liberación de vapor de agua hace que aumente la humedad, con lo que conseguimos que el ambiente sea menos seco. Este efecto es conveniente en días muy calurosos, en los que la sequedad es más latente en el interior de las casas.

La areca o palmera amarilla es otra de las plantas que ayudan a crear un clima fresco. Sus grandes hojas ayudan a que se filtre el aire y la humedad, produciendo un ambiente más fresco y más liviano. Al ponerla cerca de las ventanas, este efecto será aún más intenso, ya que también actúa como una pantalla vegetal frente al sol.

Crear microclimas con plantas en casa

Juntar diferentes especies en un mismo lugar da un impulso a la facultad de las plantas para refrescar. El poto, de muy rápido crecimiento y con hojas que caen en cascada, es ideal para dar lugar a agrupaciones pobladas de plantas que ayuden a descender la percepción térmica. Junto con otras especies como el ficus benjamina, que sobresale por su frondoso follaje, se genera un pequeño paraíso que contrapone el calor.

El truco está en reunir estas plantas en las entradas de luz o, en los espacios de la casa donde el sol incide con más fuerza. Con ello, las plantas actúan como un escudo natural, puesto que tamiza la luz y evita el sobrecalentamiento.

Plantas que embellecen y protegen del calor

Además de la actividad depuradora, muchos ejemplares de las plantas de interior se vuelven verdaderas pantallas que protegen de las altas temperaturas. La palmera de salón (Chamaedorea elegans) es un claro ejemplo, por su tamaño y por sus altas capacidades para convertirla en una cortina vegetal que puede ocupar una gran superficie provocando una sensación de menor temperatura con un aspecto decorativo exótico.

Las plantas que se cuelgan, por ejemplo, el espatifilo (Spathiphyllum spp) también contribuyen a refrescar. Las hojas alargadas y la manera elegante de sus tallos hacen que mejoren la calidad del aire a la vez que decoran con un estilo ligero y natural. Por otro lado, cuando se cuelgan obteniendo soportes altos, las plantas sólo aportan superficies de protección del calor sin ocupar espacio.

Pantallas verdes con especies estratégicas

Ubicar ejemplares de la sansevieria, por ejemplo, junto a las paredes o alrededor de ventanas expuestas al sol, facilita formar una especie de barrera natural contra la acción de los rayos del sol. Y lo curioso de esta especie es que, cuando atardece, está liberando oxígeno, de manera que resulta muy apropiada para los dormitorios, generando un aire limpio y fresco mientras descansamos en ellos.

Cuidados clave para potenciar su efecto refrescante

El riego es esencial para las plantas en verano y, además, para que continúen aportando humedad al ambiente. Lo buena es hacerlo a primera hora de la mañana o a última de la tarde, ya que así hacemos que el agua no se evapore tan fácilmente. También es recomendable pulverizarlas a diario sobre las hojas, sobre todo si se trata de especies de plantas tropicales ya que contribuyen a aportar frescor y aumenta la humedad relativa del aire.