Gary Lineker, rostro icónico del fútbol británico en la BBC durante casi tres décadas, se despide de la cadena pública británica como el presentador mejor pagado por octavo año consecutivo. La corporación ha hecho públicas hoy sus cuentas anuales, que confirman que el exfutbolista percibió en su último ejercicio algo más de 1.350.000 libras (alrededor de 1,56 millones de euros). Pero la cifra es solo la anécdota final de una relación tan fértil como erosionada entre el comentarista y la emisora pública.
Lineker, de 64 años, condujo Match of the Day durante 26 años. Desde 1999 hasta este verano, fue la voz y el rostro del fútbol en la BBC, además de cubrir Juegos Olímpicos, golf y otros grandes eventos deportivos. Pero su trayectoria, casi tan limpia como su carrera como delantero –no recibió una sola tarjeta amarilla como profesional–, ha terminado marcada por las polémicas fuera del terreno de juego.
El punto de ruptura definitivo llegó el pasado mes de mayo, cuando Lineker republicó en su cuenta de Instagram un vídeo de apoyo a Palestina que contenía un emoji de una rata, símbolo históricamente vinculado al antisemitismo. Aunque borró el mensaje y pidió disculpas, la BBC consideró que su posición era ya "insostenible", según fuentes internas citadas por el diario The Guardian. La emisión de la final de la FA Cup fue su último compromiso con la cadena. El Mundial de 2026, que iba a presentar, queda fuera de su agenda.
Un final anunciado
No era su primer choque con la dirección. En 2023 fue suspendido tres días tras criticar en Twitter la política migratoria del gobierno conservador británico, comparándola con la Alemania de los años 30. Aquel episodio desembocó en un apagón simbólico: Match of the Day se emitió sin presentadores ni comentarios, en solidaridad con él. La BBC reforzó entonces sus directrices sobre imparcialidad en redes sociales para sus presentadores estrella.
En sus últimos meses, Lineker también criticó públicamente a ejecutivos de la BBC como Alex Kay-Jelski, director de deportes, y puso en duda los planes de renovación del programa que le dio fama televisiva. "No creo que puedan cambiar mucho un programa de resúmenes de fútbol", dijo. La fricción, acumulada durante años, se convirtió en desgaste estructural.
El adiós de Lineker simboliza un cambio de época para la BBC. Su estilo de comentarista –afable, autorizado, ligeramente irreverente– encajó durante años con el imaginario británico del deporte público. Pero el mundo ha cambiado. Hoy, los resúmenes de los goles circulan antes en redes sociales que en la emisión sabatina. Y Lineker, que pasó de jugador meticuloso a locutor y más recientemente a empresario mediático con su productora Goalhanger y el exitoso pódcast The Rest Is Football, parecía ya moverse con más comodidad fuera que dentro de la BBC.
"Seguiré defendiendo causas humanitarias", declaró días antes de su salida. Lo hará, probablemente, desde canales donde el margen de expresión es más amplio, pero también más incierto. En cualquier caso, para millones de británicos, Gary Lineker dejará de ser esa figura familiar de los sábados por la noche. Fin de emisión.
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