Llega el verano, las casas se quedan yermas, vacías, desprovistas de aquellos que las hacen ser un hogar. Estos se encuentran de vacaciones, ya sea en la playa, en la montaña o en la casita del pueblo. Es el momento ideal para desconectar, pero cierto runrún no les permite disfrutar de su ansiado momento de relax: han dejado la casa vacía. Los ladrones, entonces, están al acecho.
Muchos optan por la vía fácil: contratar un seguro que incluya una alarma antirrobos y ocupaciones. Un aviso monitoreado que les avisará no sólo en época estival, sino durante todo el año. Sin embargo, garantizar la inmunidad hogareña no es tarea barata: muchos de estos métodos cuentan con un coste de instalación de más de 100 euros, sumados al pago mensual de la vigilancia contratada, que ronda los 40-50 euros al mes. Unos 600 euros al año, más o menos. Así, muchos optan por la vía fácil: alegar que tienen una alarma que, en realidad, no existe.
La legalidad de una pegatina falsa
Para disuadir posibles robos y quedarse tranquilos durante sus vacaciones, algunos prefieren engañar al estafador. Utilizan pegatinas falsas, similares a aquellas reales que otorgan las empresas una vez has instalado una alarma de su compañía, que manifiestan que la casa se encuentra protegida por un servicio de vigilancia, cuando en realidad no lo está. Carteles que alertan de una supuesta videovigilancia 24 horas y del aviso "inmediato" a la policía. El ladrón las ve, teme la magnitud que puede tomar su decisión y decide dar media vuelta. Pero, ¿es esto siquiera legal?
Cualquier colocación de un cartel disuasorio falso, sea en la actividad que sea, es una actividad ilegal. Puede considerarse engañosa y, en según qué casos, puede acarrear sanciones económicas, que oscilarán entre los 100 y los 600 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción. Es decir, si te pillan, te la quitan, pero igual no te multan.
Ahora bien, de acuerdo con la Ley 17/2001 de Marcas, utilizar el nombre de una marca registrada para realizar una copia del cartel supone un delito contra la propiedad intelectual e industrial, que pueden conllevar penas de prisión.
Pegatinas falsas de marcas reales
No hace falta irse al mercado negro para encontrar estas pegatinas falsas, están a golpe de click. En Amazon, por ejemplo, pegatinas disuasorias genéricas se venden por apenas cinco euros. Las más realistas, por 11 euros. Son directas pero amenazantes: "Alarma conectada. 24 horas de videovigilancia. Aviso inmediato a la policía", el dibujo de una videocámara y resaltado todo de un vistoso color rojo. Las reseñas hablan por sí solas: "Muy recomendable", "cumple su función", "es bastante disuasoria ante ladrones u okupas", señalan los clientes de la plataforma.
Entonces, en 2022 llegó Temu a nuestras vidas, sacudiendo por completo el panorama de las compras online. A Temu le sucede un poco como a AliExpress, puedes encontrarte cualquier cosa a precio de ganga. Y, si bien Amazon es más discreto, en Temu es fácil encontrar pegatinas disuasorias con logos de marcas reales, como puede ser Securitas Direct.
Estas están calcadas casi que al milímetro de las reales: aparece la imagen de marca, el aviso de la misma e incluso su página web oficial. Ahora bien, aparece un número de contacto. Un número que no concuerda con el real de atención al cliente y que, según denuncian algunos usuarios en red, parece ser una estafa telefónica. La estafa de la estafa. El precio de estas pegatinas es mucho más barato que en Amazon: 4,28 euros por el cartel falso de una marca real.
Lo barato sale caro: la multa de si te pillan utilizando la imagen de una marca registrada para alegar que tienes una alarma que no existe puede alcanzar los 60.000 euros. Quizá sea mejor dejar el postureo para las fotos en la playa e invertir en una alarma real, palpable y, sobre todo, segura.