Durante el verano, la casa se transforma en un lugar fresco donde todos buscamos la comodidad y el reposo. Pero, del mismo modo que se transforma en un refugio fresco, se convierte en un centro de atracción para toda clase de insectos (moscas, mosquitos, cucarachas, etc.). Dichos visitantes no solo impiden que haya paz, sino que están en disposición de convertirse en un problema constante y molesto. En ese sentido, en una situación así, un recurso tan sencillo y económico como natural puede ser más que suficiente: colocar hojas de laurel detrás de la puerta para prevenir su presencia.

Qué provoca el laurel

El laurel contiene eugenol y aceites esenciales con una intensidad aromática que resulta de mal gusto para muchos insectos. En el momento que se coloca la hoja de laurel, su aroma puede convertirse en una protección gracias a que se crea una barrera olfativa que impide la entrada de los insectos en el hogar. Se trata de un método que permite proteger los interiores sin necesidad de recurrir a productos químicos agresivos ni aerosoles que puedan perjudicar la salud.

Colocación estratégica para mayor efectividad

La clave se encuentra en colocar las hojas en aquellos puntos donde suelen acceder los insectos como son las puertas al exterior o las ventanas que pueden estar abiertas. Al ponerlas en la parte trasera de la puerta principal del hogar se crea un punto de defensa que hace su trabajo desde la entrada. También es beneficioso poner algunas hojas en la cocina, cerca de la despensa, así como en los rincones oscuros y poco ventilados donde suelen esconderse esos mismos insectos.

Cómo usar el laurel

Las hojas de laurel deben estar secas para evitar que se deterioren rápidamente. Un secado previo a la sombra mantendrá las características aromáticas de sus hojas y así disponer de mayor durabilidad de los mismos. Antes de utilizarlas se puede rasgar un poco su superficie para favorecer la liberación del aroma y así acrecentar su acción protectora.

Renovación periódica para resultados constantes

Con el paso de los días el olor del laurel desaparece. Conviene cambiar las hojas cada dos o tres semanas para mantener su eficacia. Con este cambio de hojas la protección se mantiene activa durante el verano y se evita que los insectos se acostumbren a su olor.

Otros trucos naturales

El laurel puede actuar en modo sinérgico con otras hierbas de aromas intensos, tales como la lavanda o la menta. Dicha combinación de la mezcla aumenta el efecto repelente y produce un olor fresco y agradable en el ambiente. Situar pequeños ramos de laurel en los accesos a las habitaciones o situar ramos en marcos de ventana aumenta la barrera insecticida de una manera fácil.

Mantenimiento del hogar para prevenir plagas

La limpieza del hogar y la eliminación de restos de comida son indiscutiblemente las mejores medidas para eludir o, al menos, contener una eventual plaga de bichos. Así por ejemplo, aspirando frecuentemente, vaciando la basura y sellando la hendidura de marcos de ventanas o en las paredes, la estrategia se ve reforzada. De este modo, el entorno se torna muy poco adecuado para los insectos, con lo que, de manera natural, su número se reducirá y ayudará a mantener la calma en casa por un tiempo.

El laurel es la solución que necesitas para que así puedas ponerle fin a los insectos que aparecen en los meses en los que el calor aprieta, como son las moscas o los mosquitos; solo tienes que colocar una hoja de laurel detrás de la puerta de entrada o en ventanas o rincones oscuros, y con esto puede ser suficiente para que empieces a notar la diferencia. Si además los complementas con otras medidas preventivas, este truco natural se convierte en una solución perfecta para que puedas disfrutar de una casa libre de insectos.