Morante de la Puebla se ha cortado la coleta entre lágrimas tras cortar dos orejas al cuarto toro de Garcigrande esta tarde en la corrida de la Hispanidad en Las Ventas. Era la tarde de la despedida (prevista) de Fernando Robleño, que cortó una oreja tras pinchar al quinto una faena de dos.

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Por sorpresa, al terminar la vuelta al ruedo con las orejas, en una faena plena de valor tras sufrir una aparatosa voltereta con el capote, Morante de la Puebla ha decidido poner punto y final y su carrera como broche de una temporada magistral.

Morante ha elegido esta fecha en la que, por la mañana, había sido el organizador del homenaje para el monumento a Antoñete, en el que han deslumbrado Curro Vázquez y César Rincón.

Inmóvil sobre la arena

A sus 46 años y como matador de toros desde 1997, Morante de la Puebla brindó el último toro de su carrera a Santiago Abascal; el brindis anterior fue para Isabel Isabel Díaz Ayuso. Espléndido con el capote toda la tarde, se estrelló con el segundo de la tarde y, tras un variado recibo al cuarto, fue prendido y despedido por el aire, Al caer, se quedó inmóvil boca arriba unos segundos sobre la arena.

Parecía que no iba a recuperarse pero volvió a la cara del toro para firmar una faena plena de valor, pasándose por la barriga al toro en un puñado de derechazos acompañados por el rugido de la plaza de Madrid. Cobró el espadazo a la primera y le fueron concedidas las dos orejas, con algunas protestas.

Sumaba así la segunda Puerta Grande de Las Ventas de este memorable 2025 tras la conquistada en la pasada Feria de San Isidro.

Dio la vuelta al ruedo y, al terminarla, se plantó para quitarse él mismo las castañeta. Se acabaron las protestas y la ovación acompañó a la emoción del torero. Rompió a llorar Morante mientras hacía ese gesto, se abrazó después a Fernando Robleño, a su apoderado y a su mozo de espadas.

Una muchedumbre le sacó en hombros por la Puerta Grande, con el Genio dolorido por el volteretón. Le dejaron el traje hecho un guiñapo, mientras él se esforzaba en decir adiós como buenamente podía.

Se acabó.

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