La nueva versión de Frankenstein, dirigida por Guillermo del Toro y disponible en Netflix, ofrece una reinterpretación profunda y emocional de la clásica novela de Mary Shelley. Lejos del terror puro, esta adaptación se centra en la relación entre creador y criatura, explorando temas universales como el perdón, la paternidad y la aceptación de la imperfección humana. En lugar de un relato únicamente gótico, del Toro presenta una historia que combina la fantasía, la ciencia y la humanidad en un relato cargado de emoción y simbolismo.
¿De qué va Frankenstein?
Oscar Isaac encarna a Víctor Frankenstein, un científico obsesionado con vencer la muerte. Mientras Jacob Elordi da vida a su criatura, un ser que, aunque "monstruoso", busca comprensión, amor y un lugar al que pertenecer. Del Toro ha señalado que su versión de la historia toma como base la novela de Shelley, pero añade capas emocionales propias. Busca enfatizar en la conexión familiar y la redención sobre el horror y la tragedia. Esta decisión convierte a Frankenstein en una película que va más allá del simple relato de terror para explorar la condición humana y la relación padre-hijo entre Víctor y su creación.
¡Atención, spoilers! Este es el final explicado de la película
El momento culmen de la película se da en el Ártico, cuando Víctor, perseguido por su propia creación y al borde de la muerte, finalmente reconoce sus errores. Víctor pide perdón a su criatura, un gesto cargado de vulnerabilidad y humanidad. Llamarla por su nombre, reconocer su dolor y admitir su culpa se convierte en un acto simbólico que rompe con la dinámica de odio y rechazo que había marcado su relación.
La criatura, por su parte, responde con perdón, mostrando que incluso aquellos que han sido profundamente heridos pueden aceptar y comprender los errores del otro. Este momento cierra un ciclo familiar. La relación rota entre "padre" e "hijo" encuentra reconciliación, aunque sea al final, demostrando que la comprensión puede llegar incluso en circunstancias extremas.
La muerte de Víctor, un cierre digno
Tras pedir perdón, Víctor Frankenstein muere en paz. Su muerte no es un acto trágico sin significado, sino el cierre de su arco de redención. Ha asumido la responsabilidad de sus acciones y ha sido visto por su creación, lo que le otorga una dignidad emocional que la historia original de Shelley no contempla.
Este final se aleja del desenlace literario, en el que Víctor muere consumido por la obsesión y la tragedia, y establece un cierre más humano y emocional, donde la reconciliación y el perdón ocupan un lugar central en la narrativa. La muerte de Víctor no es un final abrupto, sino un acto de liberación y reconocimiento, que permite que la criatura continúe su propio camino con autonomía y dignidad.
El destino de la criatura
Después de la muerte de Víctor, la criatura no busca venganza ni se entrega al dolor, como sucede en muchas versiones clásicas de la historia. Libera el barco atrapado en el hielo y permite que la tripulación retome su rumbo, un acto que refleja su capacidad para actuar con responsabilidad y generosidad.
El momento final, poético y simbólico, muestra a la criatura bajo el sol ártico, con los brazos extendidos y una lágrima congelada en su mejilla. Esta escena representa la aceptación de la vida y la decisión de abrazar su existencia, incluso marcada por cicatrices y sufrimiento. Del Toro resume esta idea afirmando que se trata de vivir plenamente, reconociendo la imperfección y valorando cada instante de existencia.
Temas centrales; redención, paternidad y comprensión
Uno de los grandes aciertos del final de Guillermo del Toro es cómo condensa temas universales como la redención y la reconciliación familiar. La relación entre Víctor y la criatura se convierte en el eje de la película, la creación refleja no solo los errores de Víctor como científico, sino también como hijo y, metafóricamente, como padre.
La criatura, por su parte, no es un simple "monstruo" que busca venganza, sino un ser con emociones complejas que aprende, perdona y decide su propio destino. Su capacidad de perdonar nace de la comprensión de las limitaciones humanas y del reconocimiento de la fragilidad de Víctor. Esta dinámica ofrece una lectura más profunda de la historia, donde la empatía y la compasión son tan poderosas como la ciencia o la tragedia.
Diferencias con la novela original
En la obra de Shelley, la criatura no recibe un perdón explícito y la relación con Víctor permanece marcada por la tragedia. El final literario es más oscuro y fatalista, con un desenlace que enfatiza la soledad y la desesperanza del monstruo.
En contraste, del Toro apuesta por un cierre algo más esperanzador. La reconciliación, el perdón y la aceptación se convierten en ejes narrativos que humanizan a la criatura y permiten que Víctor muera con paz. Esta reinterpretación destaca la dimensión emocional y filosófica de la historia, transformando un relato gótico en una reflexión sobre la vida, la paternidad y la imperfección humana.
El mensaje de Guillermo del Toro
Para del Toro, su versión de Frankenstein no es solo una adaptación para Netflix, sino una obra profundamente personal. El director explora cómo la imperfección humana, la capacidad de perdonar y la búsqueda de conexión pueden transformar incluso a los seres más heridos. Según sus propias palabras, la vida consiste en aceptar lo que somos, con errores y cicatrices, y encontrar belleza incluso en la ruptura.
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