Este domingo en los Governors Awards, esa gala sin retransmisión donde Hollywood se permite ser más Hollywood que nunca, Tom Cruise ha vuelto a probar su capacidad para ocupar todo el espacio de una sala llena de estrellas de cine. La Academia le ha entregado un Óscar honorífico en en el Ray Dolby Ballroom, junto a los reconocimientos a la actriz y coreógrafa Debbie Allen y al diseñador de producción Wynn Thomas y el premio humanitario Jean Hersholt para Dolly Parton, que se dejó ver solo en vídeo. Por lo demás, la gala contó con la coreografía habitual: estrellas, cineastas y candidatos que miden cada movimiento, como si hiciera subir una décima en la carrera hacia la estatuilla.

Alejandro G. Iñárritu, que dirige a Tom Cruise en una película aún sin título prevista para 2026, fue el encargado de presentar al actor. Lo definió directamente como “la encarnación del cine” y recordó el linaje de figuras legendarias que han recibido el honor antes de conseguir un Óscar competitivo. Hoy, la industria le brindó el homenaje que merece el último paladín de las salas, que con éxitos como Misión imposible o Maverick logra pensar que salvar el cine como experiencia colectiva es posible.

Cruise, un héroe del cine

Cruise respondió con el tipo de discurso que ya se le espera por inercia: solemne, entregado, casi programático. “El cine, me lleva alrededor del mundo… en ese teatro, reímos juntos, sentimos juntos, esperamos juntos”, dijo. “Así que hacer películas no es lo que hago, es quien soy”. Después evocó al niño que fue, en una sala a oscuras, viendo cómo el haz del proyector “explotaba en la pantalla” y le abría un camino que él sigue recorriendo.

Elle Fanning Luciendo un diseño rosa palo con los hombros al descubierto de de Gucci
Lili Reinhart Lili Reinhart optó por un diseño de Roberto Cavalli, destacable por sus detalles florales y el relieve en dorado.
Jeremy Strong El siempre original Jeremy Strong.
Jennifer Lopez Jennifer López eligió un modelo de Amy Sussman.
Jeremy Allen White Jeremy Allen White
Jonathan Bailey Jonathan Bailey.
Kristen Stewart Kristen Stewart eligió un vestido largo negro con detalles blancos en la parte frontal, un diseño de Rodarte.
Natalie Portman Natalie Portman lució un vestido corto de lentejuelas azules de Dior.
Teyana Taylor La actriz y cantante Teyana Taylor, magnética presencia en 'Una batalla tras otra'.
Stéphane Rolland La actriz y cantante Hailee Steinfeld de decantó por un diseño arriesgado de Stéphane Rolland.
Anya Taylor-Joy Anya Taylor-Joy optó por un diseño básico, pero llamativo. Un vestido completamente blanco con capa de Maison Margiela y joyas de Tiffany & Co.
Kate Hudson y Hugh Jackman Kate Hudson y Hugh Jackman, coprotagonistas de 'Song Sung Blue' ('Canción para dos').
Kate Hudson Kate Hudson lució un vestido largo menta con detalles en las mangas, un diseño de Valentino.
Ed Sheeran y Blake Slatkin Ed Sheeran y Blake Slatkin.
Leonardo Di Caprio Leonardo DiCaprio, protagonista, una vez más, de una de las películas del año, 'Una batalla tras otra'.
Benicio del Toro Benicio del Toro, compañero de reparto de DiCaprio en la película de Paul Thomas Anderson.
Jacob Elordi Jacob Elordi acaparó todas las miradas con su smoking Bottega Veneta.
Mia Goth Mia Goth se decantó por un elegante vestido azúl celeste de Dior
Emma Stone Emma Stone, ganadora de dos Oscar, apareció con un elegante y sencillo diseño negro con una franja plateada de Louis Louis Vuitton.
Jennifer Lawrence Jennifer Lawrence se decantó por un estilo full-white con abertura en la pierna de Dior.
Dakota Johnson Dakota Johnson deslumbró con un diseño de un elegante azul grisáceo con los hombros al aire de Valentino
Emily Blunt Emily Blunt, apareció con un deslumbrante vestido rojo Schiaparelli.
Gwyneth Paltrow Gwyneth Paltrow lució un vestido negro de Dries Van Noten
LOS ANGELES (United States), 17/11/2025.- US actor Austin Butler attends the Academy of Motion Picture Arts and Sciences 16th Governors Awards in Los Angeles, California, USA, 16 November 2025. EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN Caroline Brehman / EPA / EFE
Cynthia Erivo Cynthia Erivo lució un conjunto de Givenchy azul con diferentes estampados.
Ariana Grande Ariana Grande lució un vestido rosa palo con detalles de diamantes de diferentes colores de Dior.
Amanda Seyfried Amanda Seyfried llevó un diseño muy original de Valentino:, vestido largo granate de lunares blancos, con palabra de honor, escote cubierto por un lazo rosa pastel y mangas de pelo marrón.
Sydney Sweeney Sydney Sweeney apareción con un largo vestido blanco con palabra de honor cubierto de detalles plateados de Miu Miu.
Rami Malek Rami Malek lució un traje granate de Saint Laurent.

La sala parecía rendida. Y la alfombra roja reflejó esa densidad de estrellas que apenas deja caminar: Leonardo DiCaprio, Regina Hall, Benicio del Toro, Jennifer Lopez, Hailee Steinfeld, Mark Hamill, Rian Johnson. También pasaron Guillermo del Toro con su troupe de Frankenstein –Jacob Elordi, Oscar Isaac y Mia Goth– y otros equipos en plena carrera hacia el Oscar: Noah Baumbach y Adam Sandler (Jay Kelly), Edward Berger y Colin Farrell (Maldita suerte), Kate Winslet con Joe Anders (con Adiós, June), o la comitiva de la segunda parte de Wicked, con Ariana Grande y Cynthia Erivo revalidando su condición de imanes de sala. Hubo ausencias notables, como Timothée Chalamet o Paul Mescal, pero los que sí estuvieron compensaron con creces las ausencias.

Protagonistas afroamericanos

La ceremonia repartió sus honores con precisión de manual. Wynn Thomas, primer diseñador de producción afroamericano que trabajó dentro del sistema de estudios, recibió su estatuilla de manos de Octavia Spencer. Thomas, que firmó trabajos para Spike Lee, Tim Burton o Ron Howard, recordó su infancia pobre en Filadelfia y dejó la frase más celebrada de la noche: “Las bandas del barrio me despreciaban y me llamaban nenaza. Pero esa nenaza terminó trabajando con grandes cineastas”. El aplauso fue cerrado.

La bailarina, actriz y coreógrafa Debbie Allen, mundiamente conocida por Fama, tuvo su momento propio –y cómplice– cuando Cynthia Erivo la llamó al escenario. Allen, al ver a Cruise entre el público, no desperdició la ocasión: “Cariño, nos encantó cuando saliste deslizándote en esos shorts blancos”, bromeó, convocando el espíritu de Risky Business y dejando claro que Hollywood nunca olvida su propia mitología, aunque a veces prefiera reírse de ella.

En paralelo, Lily Tomlin convirtió el homenaje a Dolly Parton en una digresión deliciosa de quince minutos sobre su compañera de rodaje en 9 to 5. Los productores intentaron proyectar el mensaje grabado de Parton a mitad del discurso, ante lo que Tomlin preguntó, con ironía, si estaban insinuando que debía retirarse ya del escenario. El público, encantado, pidió más.

Entre tanto, Austin Butler se movía como un acomodador involuntario, guiando a Josh O’Connor a su asiento y encadenando conversaciones con Jacob Elordi y media sala. La velada, como siempre, jugó a mezclar solemnidad con desenfado gastronómico: salmón ahumado, steak frites, tartaletas de limón caramelizado, y una batería de vinos de Haut-Brion y champagne Lallier para mantener el tono. En esta gala, incluso el menú parece calibrado para recordar que uno está en Hollywood, aunque nadie prenda las cámaras.

Cruise, mientras tanto, salió del teatro sin cambiar el paso, intacto en su aura. Ha sido candidato al Óscar en cuatro ocasiones –Nacido el 4 de julio, Jerry Maguire, Magnolia y Top Gun: Maverick–, pero fue esta noche, sin competición alguna, cuando Hollywood se le rindió de manera más explícita. Un hombre al que le han llamado de todo menos “menor” vuelve a confirmarlo: hay figuras que no necesitan premio para dominar un lugar; solo necesitan entrar en la sala.