La Real Academia Española ha presentado en Madrid la actualización 23.8.1 del Diccionario de la Lengua Española (DLE), un avance con “menos pretensiones” que otros años pero significativo por el tipo de léxico que incorpora y por lo que anticipa: la edición 24 del diccionario, prevista para noviembre de 2026 y llamada a ser, en palabras de su director, “mucho más renovada y amplia”.
La presentación, celebrada este lunes en la sede de la RAE, ha estado encabezada por su director y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), Santiago Muñoz Machado, acompañado por la responsable del Instituto de Lexicografía, Elena Zamora. En total, la actualización adelanta 330 novedades que funcionan como una muestra del trabajo en curso.
El listado de nuevas voces y acepciones confirma una tendencia ya asentada: la progresiva entrada en el diccionario de términos procedentes del habla coloquial, de internet, de la cultura audiovisual y de los cambios sociales y tecnológicos recientes. Palabras como crudivorismo, loguearse, microteatro, milenial o turismofobia figuran entre las incorporaciones más reconocibles para el lector contemporáneo. También algunas que hace mucho tiempo que forman parte del léxico general, y que insospechadamente no estaban reconocidas, como farlopa, chapar o comecocos.
Una actualización 'brutal' que incluye 'farlopa' o 'marcianada'
El registro coloquial gana terreno con expresiones de uso extendido y con marcadores geográficos explícitos. Hacer un simpa (España) o un pagadiós (Argentina) se incorporan para designar la acción de irse sin pagar lo consumido en un establecimiento. Marcianada entra como término coloquial para lo extravagante o disparatado; comecocos se reconoce en alusión al videojuego, y biblia amplía su significado para referirse al documento que fija la línea argumental y los personajes de una serie.
También se añade una acepción coloquial de brutal con el sentido de magnífico o maravilloso, así como chapar en el significado de cerrar un establecimiento; farlopa como sinónimo de cocaína, y el acortamiento eco para denominar una ecografía. En el terreno de las expresiones, se incorpora juguete roto para aludir a la persona que, tras alcanzar la fama, pierde su popularidad y queda social o profesionalmente relegada, y buitre como calificativo de quien persigue a otra persona para mantener una relación sexual pasajera.
La fuerza de internet
Internet y las redes sociales siguen siendo uno de los grandes viveros de léxico. Login y loguearse se incorporan para describir el acceso mediante identificación y contraseña a un sistema informático. Algunas voces entran como extranjerismos crudos, que deben escribirse en cursiva según la norma académica: gif, hashtag, mailing y streaming. Muñoz Machado ha recordado que los extranjerismos no son una anomalía reciente, sino un fenómeno constante desde el nacimiento de la lengua, y ha aludido a intentos fallidos de adaptación, como güisqui, para subrayar que no todas las propuestas de españolización prosperan en el uso real.
El ámbito científico y técnico continúa siendo uno de los que más revisiones y ampliaciones concentra. La actualización incluye términos como gravitón (física), termoquímica (química), cuperosis, narcoléptico y ovulatorio (medicina), así como engelamiento en meteorología. Se suman también autoconsumo, especialmente en relación con la energía renovable, y exoesqueleto.
Un diccionario cada vez más panhispánico
La dimensión panhispánica del diccionario se refuerza con incorporaciones de uso extendido en distintos países. Chamaco y chamaca se incluyen con el sentido de hijo o joven en Cuba y México, y cartuchera se reconoce como estuche de lápices en gran parte de Hispanoamérica.
Muñoz Machado ha insistido en que el proceso de incorporación o revisión de términos es lento y exhaustivo. No responde, ha dicho, a un “capricho de los académicos”, sino a la comprobación del uso real y al estudio en comisiones tanto en España como en América. La actualización presentada este lunes no es, en ese sentido, un gesto aislado, sino un anticipo de un trabajo más amplio que cristalizará en la próxima edición del diccionario.
Muñoz Machado sobre el Congreso de la Lengua
Al término de la presentación, el director de la RAE se ha referido también a la polémica reciente en torno a la sede del próximo Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE). Muñoz Machado ha asegurado que la propuesta para que Panamá acoja el congreso ha seguido el procedimiento habitual y ha señalado que “lo normal es que acabe celebrándose en Panamá”, a falta de que los gobiernos de España y Panamá alcancen un acuerdo.
Ha recordado que la propuesta fue aprobada por la ASALE en el Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Arequipa (Perú) el pasado mes de octubre, aunque no se anunció entonces debido a la tensión existente con el Instituto Cervantes. La semana pasada, el director del Cervantes, Luis García Montero, acusó a Muñoz Machado de intentar imponer Panamá como sede del CILE de 2028, al considerar que corresponde a la institución que dirige proponer la sede a las academias.
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