Alegría contenida, pero visible, este lunes en la sede central de Bimba y Lola, en Vigo, tras confirmarse que el número que jugaba la empresa, el 70.048, ha sido agraciado con el segundo premio de la Lotería de Navidad.

El galardón –dotado con 1.250.000 euros a la serie, 125.000 euros al décimo– ha llegado a buena parte de la plantilla, ya que la firma había propuesto ese número a sus trabajadores de oficinas y tiendas de toda España, distribuido en participaciones de cinco euros y adquirido a través de la aplicación oficial de Loterías. Quienes lo habían comprado –la mayoría, según los propios empleados– han ganado 31.250 euros por papeleta.

La noticia se ha conocido poco después de las 09.30 horas y se ha propagado de forma gradual por las oficinas. Primero un murmullo, después confirmaciones cruzadas y, finalmente, la certeza de que el premio no era individual, sino colectivo. “Parecía que a alguien le había tocado la lotería, pero no me imaginaba que fuese a toda la empresa”, explicaba una trabajadora. Otra reconocía que pensó que era una broma y que lo primero que hizo fue buscar el comprobante en el correo para asegurarse de que había comprado la participación.

Un regalo para casi 1.500 empleados

A media mañana, la sede de la Avenida de Madrid se ha convertido en escenario de celebración improvisada: descorche de botellas, aplausos y trabajadores saliendo a atender a los medios. Entre la alegría generalizada, también había recuerdos para los pocos compañeros que este año no habían jugado el número.

El destino ha añadido un detalle más: una de las becarias de la firma celebraba hoy su cumpleaños. Era, además, la primera vez que jugaba a la lotería. El premio ha llegado como un regalo inesperado.

Bimba y Lola cuenta con unos 1.000 empleados en tiendas y cerca de 450 en oficinas, de modo que la suerte se ha repartido por todo el país. En una de las tiendas de Santiago de Compostela, las trabajadoras celebraban el premio con la misma mezcla de alivio y entusiasmo. La encargada del establecimiento confirmaba que todas sus compañeras habían comprado el número ganador. “Somos gente trabajadora, con hipotecas, hijos y gastos”, decía. El dinero servirá, sobre todo, para “tapar agujeros” o cambiar de coche. “Hoy vamos a trabajar con otra alegría”, concluía.